Conmoción en Colombia. El sacerdote Jhonny Ramos, quien presidía la iglesia Jesús de la Misericordia desde hacía cuatro meses, fue hallado sin vida el último miércoles por la mañana.
Una trabajadora encontró el cuerpo, atado de pies y manos, dentro del templo, ubicado en el barrio Comuneros de la ciudad Villavicencio.
Según La FM de Colombia, Jhonny Ramos fue visto por última vez sobre las 9 de la noche del pasado 1 de octubre.
Aunque la comunidad asegura que el móvil del crimen fue un posible robo —estaba organizando una rifa para mejorar el templo—, la Policía de Colombia descaró esta hipótesis.
El religioso habría recibido "un golpe contundente en la cabeza y no presenta lesiones de arma de fuego ni de arma blanca”, detalló Clauder Cardona, subcomandante de la Policía en la capital del Meta, a Caracol TV.
“En la casa cural no se ve que se haya forcejeado la chapa, lo que nos determina que la persona que ingresó, o ingresó con consentimiento de el padre o que tenía una llave maestra”, agregó el coronel.
Consultado al respecto, Álex Zárate, Secretario de Gobierno de Villavicencio, confirmó a CRN Radio que tres venezolanos se encuentran implicados en el homicidio de Jhonny Ramos.
En tanto, la Policía ha ofrecido hasta diez millones de pesos de recompensa para quien entregue información que permita capturar a los asesinos.
Jhonny Ramos era un benefactor de las comunidades venezolanas residentes en Villavicencio: constantemente les donaba alimentos y prendas de vestir.
El párroco era un benefactor de las comunidades venezolanas. Foto: Difusión.
Los restos del religioso fueron trasladados al municipio de Tamalameque, al norte de Colombia, donde será sepultado.
“Pedimos por la conversión de esos asesinos y rechazamos rotundamente toda forma de violencia que atente contra la vida y la dignidad de las personas”, señaló William Prieto, vicario de la Arquidiócesis de Villavicencio.
En Colombia, desde 1984 hasta la fecha, han asesinado más de 100 sacerdotes, según datos de la Conferencia Episcopal.