El que al último ríe, se ríe mejor. Matthew Lemm, un empresario de la ciudad de Cannock (Inglaterra), había acumulado por error una deuda de 1 200 libras esterlinas (cerca de 1 500 dólares) y recibía constantes amenazas de la policía local para que les pagara dicho modo y evitar así el embargo de su inmueble.
El ciudadano británico comunicó al diario The Sun que la deuda surgió a partir de una mala gestión de los trámites por la venta de un automóvil, y no estuvo al tanto de las notificaciones judiciales debido a que se mudó.
'’Recibí una llamada de los alguaciles de la nada. Me dijeron que estaban actuando en nombre de la corte y me dijeron que pagara una deuda de £ 1,200’’, comenta Matthew Lemm.
Sorprendido por la advertencia de los policías, quienes le informaron que de no pagar, irían hasta a su casa para llevarse sus bienes, el empresario aprovechó su buen expediente crediticio para solicitar al banco miles de monedas de un centavo.
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Al contar con el dinero, Matthew Lemm citó al policía para realizar el pago de la multa, afirmando que tenía ‘’cada centavo’’. Enorme fue la sorpresa de la autoridad cuando el empresario abrió la maletera de su auto y le mostró los miles de peniques.
Lemm le dio unas palas y se mostró dispuesto a ayudarlo a retirar la enorme cantidad de cobre, sin embargo, el policía se negó a recibirlo y se fue, no sin antes avisarle que la deuda seguiría impaga y probablemente incremente.
El empresario informó a los medios locales que tomó esta decisión para darle una lección al oficial, ya que en muchas ocasiones suelen tomarle el pelo a la gente pidiéndoles dinero.