Baleado y ardiendo en un auto: estupor por el crimen de sacerdote
Iglesia Católica de luto. El padre David Tanko fue abatido cuando se dirigía a evangelizar las comunidades alejadas. La policía señaló que su cuerpo estaba tan “desfigurado” que no se le pudo reconocer. Ocurrió en África.
La Iglesia Católica de Nigeria, en África, está de luto.
El padre David Tanko, que mediaba entre un conflicto étnico en Kufai Amadu, estado de Taraba, fue ultimado a tiros cuando iba en su automóvil, un Toyota Corolla blanco.
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Después bañaron su cuerpo con gasolina y le prendieron fuego.
El ataque contra David Tanko ocurrió el pasado 29 de agosto y este martes, sus restos han sido sepultados en el cementerio de Catedral de Nuestra Señora Reina de la Paz, África.
El asesinato ha desatado estupor en la comunidad religiosa. Consultado por los medios, el obispo Charles Hammawa dijo estar conmocionado por el atroz crimen.
La noticia es recogida por ACI Prensa, la agencia oficial de la Iglesia Católica.
Con 42 años, el sacerdote David Tanko había estado trabajando por la paz en el este de Nigeria. Estaba a cargo de una parroquia llamada San Pedro.
Según refiere The Nation Onlineng, el cuerpo estaba tan “desfigurado” que no se le pudo reconocer.
La policía estaba investigando el incidente, producido por un conflicto entre los Tiv y los Jukun.
En África, estos últimos señalan que los Tiv son “colonos” en Taraba y no tienen derecho de propiedad sobre la tierra que ocupan, de modo que la deben abandonar.
El padre David era misionero en África. Foto: Twitter.
Durante una misa de cuerpo presente, el obispo Hammawa resaltó que el padre David Tanko “nunca se había propuesto ofender a nadie”.
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“Es el tipo de persona que Nigeria necesita para poder salir del atolladero y el desorden en el que nos encontramos. Era una persona que servía de manera desinteresada", dijo.
Por su parte, el jefe policial de Taraba, Alkassam Sanusi, y el Inspector General, Mohammed Adamu, se encuentran investigando quiénes fueron los asesinos.
Cabe señalar que David Tanko es el segundo sacerdote católico asesinado en agosto.
Anteriormente, el padre Paul Offu, de la diócesis de Enugu, en el sur de Nigeria, fue abatido de la misma manera.