A principios de mes, un total de 22 personas fueron asesinadas en un tiroteo masivo en un Walmart en El Paso, Texas, mientras que en julio se produjo otro tiroteo en un Walmart de Mississippi que dejó dos personas muertas.
Ante la gravedad de los acontecimientos y la controversia existente en Estados Unidos por el porte y uso de armas de fuego, congresistas demócratas han presionado a la cadena de tienda.
El CEO de Walmart, Doug McMillon, señaló que los “cambios son de sentido común” y que la compañía ha logrado avances en los últimos años, incluyendo entre los requisitos, que los compradores de armas tengan 21 años o más. Además, señaló que él mismo propuso una discusión más amplia sobre las verificaciones de antecedentes.
Según ABC News, McMillon no ha dio indicios de que la compañía planee retirar armas de fuego de sus estantes en su totalidad.
“Como hemos compartido anteriormente, nos esforzaremos por utilizar estas experiencias para identificar acciones adicionales que podamos tomar para fortalecer nuestros procesos, mejorar nuestra tecnología y crear un ambiente aún más seguro en nuestras tiendas”, dijo McMillon en un comunicado.
“También estamos pensando en los problemas más amplios relacionados con la violencia armada y las cosas que debemos hacer para ayudar a crear comunidades más seguras”, se puede leer en el texto.
No obstante, Walmart retiró los anuncios de videojuegos violentos de sus tiendas durante la semana pasada. Pero ese cambio de política no se aplica a la comercialización de videojuegos controvertidos ni a la venta y exhibición de armas de fuego.
La cadena de tiendas ha retirado las pistolas de la mayoría de sus tiendas, de igual manera ha dejado de vender rifles de estilo militar como el AR-15 en 2015, tres años después de que esa arma fuera utilizada en el asesinato en masa de 20 estudiantes de una escuela primaria en Newtown, Connecticut, Estados Unidos.
Es de recordar que el pasado 3 de agosto, un hombre armado entró en un Walmart en El Paso, cerca de la frontera entre México y Estados Unidos, y desencadenó una masacre.
El ataque, aparentemente estuvo dirigido a los mexicanos que hacen el corto viaje desde la ciudad de El Paso a Ciudad Juárez para comprar.
El hecho se registró cuatro días después de que dos empleados de Walmart fueron abatidos a tiros, supuestamente por un compañero de trabajo descontento, en la sede de la megatienda ubicada en Southaven, Mississippi, a unos 21 kilómetros al sur de Memphis.