Fue recibido en medio de protestas. Donald Trump visitó este miércoles a las comunidades de Dayton, en Ohio, y El Paso, en Texas, lugares donde este fin de semana el horror se desató cuando dos jóvenes blancos, cada uno por su cuenta, emprendieron un tiroteo en el que asesinaron a 22 y 9 personas, respectivamente. Una de las mayores masacres en la historia reciente de EE. UU.
Ambos asesinos perpetraron sus crímenes con un rifle de asalto. En el caso de la matanza en Texas, el autor de 21 años, Patrick Crusius está vinculado a un manifiesto supremacista en el que señala que el tiroteo se efectuó porque en El Paso hay una “invasión hispana”.
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A pesar de que el mandatario de Estados Unidos sí condenó el supremacismo blanco, el racismo y la xenofobia, también se ha mostrado enfurecido por las acusaciones contra su gobierno. Le recuerdan que en sus discursos y tweets de campaña, él repite la idea de que la frontera con México sufre una “invasión”.
En mayo, el presidente se rió y bromeó cuando en un mitin, uno de sus partidarios gritó que deberían “disparar” a inmigrantes irregulares.
“Creo que la verificación de antecedentes es importante. Yo no quiero poner armas en las manos de personas que son inestables mentalmente o de personas con rabia o con odio, personas que están enfermas. Estoy a favor de eso”, dijo Donald Trump antes de partir a Dayton, Ohio, y El Paso, en Texas.
Pero Donald Trump se pronunció en contra de una prohibición de los fusiles de asalto, como las armas semiautomáticas que fueron utilizadas por los atacantes en las matanzas que dejaron 22 muertos en El Paso el sábado y nueve en Dayton, Ohio, el domingo.
"Les puedo decir que no hay un apoyo político para eso en este momento", dijo antes de viajar a Dayton para visitar a los heridos y a los familiares de las víctimas.
Así, Donald Trump ha sido blanco de críticas desde las dos masacres que dejaron 22 muertos en un Walmart de El Paso, en Texas, una localidad mayoritariamente hispana localizada en la frontera con México, y otras nueve víctimas fatales en otro ataque en Dayton, Ohio.
Antes de despegar rumbo a Dayton, Trump dijo que la violencia “no tiene nada que ver” y aseguró a los periodistas en la Casa Blanca que su “retórica” une a las personas.
"Mis críticos son políticos, están tratando se sacar réditos. Y en muchos casos están aspirando a la presidencia", dijo el presidente.
Pero los opositores de Donald Trump lo critican por inspirar el odio contra los inmigrantes del atacante de El Paso y de la crispada atmósfera del país por sus discursos en los que se refiere a los indocumentados como una “invasión”.
En ambas localidades hay protestas convocadas y en Dayton los manifestantes esperaron al presidente a la salida del hospital donde visitó a los heridos.
En Dayton, los manifestantes instalaron además el “Baby Trump”, un globo con la figura del gobernante como un bebé que se ha convertido en uno de los iconos de las protestas en contra de Donald Trump.
Los tiroteos de El Paso y Dayton, y un tercero en Gilroy, California, el 28 de julio que dejó tres muertos, involucraron rifles de asalto de tipo AR-15 y AK-47 originalmente diseñados para la guerra, pero ahora ampliamente disponibles en Estados Unidos.
Fuentes: AFP, Efe