El siempre controversial y carismático Carlos Cacho fue invitado a una entrevista por Lizbeth Cueva para su canal de Youtube y conversaron un poco de todo. La conocida psicóloga de ‘América hoy’ analizó aspectos de la vida de Cacho y lo llevó por una atmósfera de remembranzas. El maquillador habló de su vida familiar, profesional y personal. Además, comentó cuál es su proyecto de vida a sus 51 años de edad.
Carlos Cacho es un conocido maquillador y estilista peruano. Él es un destacado profesional, pero también es popular a nivel nacional, tras sus apariciones en televisión. En la mencionada entrevista, reveló cuál fue la carrera que estudió. “Yo estudié Derecho 6 años y no terminé. Hubiera sido un buen abogado. La gente siempre me dice que soy inteligente, pero yo digo que soy un hombre informado. Me gusta leer, conocer, hablar con propiedad. No me gusta ser un sonso que habla tonterías”, dijo.
Carlos Cacho contó que siempre tuvo una estupenda relación con su madre y hasta ahora no puede superar su partida. Este lazo de amor que sentía con ella hizo que estudie derecho, el sueño que tenía su madre.
“Mi madre soñaba con tener un hijo abogado y yo quería contentar a mi madre. El nexo que tenía con mi madre era increíble. (…) En mi casa leíamos mucho, desde historias de moda, hasta ‘Condorito’, mucha literatura, de todo, pero mi padre ordenó llevar a la azotea revistas de belleza por mí. No quería que lea eso, pero yo desde los 13 años, me escapaba y leía, y me pillaron muchas veces, a veces de noche y con una vela en esa habitación leía”, agregó.
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Carlos Cacho dejó claro que no era feliz estudiando abogacía, pese a que él eligió llevar la carrera para contentar a su madre. El maquillador contó que un día se llenó de valor para pedirle a sus padres que dejen de pagar sus estudios. Tras su decisión, su padre le cortó muchos beneficios. “Yo estaba en una universidad privada, y hablé con ellos (mis padres), me daba mucha pena ver el esfuerzo que hacían para pagar la universidad. Les dije: ‘mamá, papá, no gasten más su plata, perdón’ y les conté que estaba trabajando en un salón de belleza. Ellos no lo sabían”, acotó.
“Yo a los 18 años empecé a maquillar, y mi padre me dijo: ‘¿Quieres ser maquillador? ¿Qué es eso? Bueno, espero que lo que tú hayas decidido, lo hagas bien, porque en esta casa el caño se cerró'”, narró.