La construcción del personaje paso a paso. “A ella (Magaly) le han limado parte del maxilar superior para bajarle los dientes, algo muy doloroso”. La actriz Ebelin Ortiz se sincera a través de su blog titulado “Mi experiencia con Magnolia”, donde asegura que lo más difícil de hacer el papel de “Magnolia Meriano” no fue interpretar al personaje, sino la caracterización física, que le toma no menos de cuatro horas cada día. “No es fácil llevar una nariz de látex que demora dos horas en ser puesta, pegar pedacito por pedacito, dejar secar, volver a pegar. Luego, poner el maquillaje que, además es una base especial para maquillar el látex y otro tipo de base para mi cara Encima, maquillar con sombras y rubores”, cuenta en su blog. “Tampoco es fácil lidiar con la prótesis dental que se mancha de lápiz labial rojo cada vez que hablo y que tengo que limpiar con alcohol para que los dientes se vean lo más blancos posible. Gracias a Dios tengo buen carácter. Si no, sería un martirio”, advierte Ebelin, quien comienza con su rutina de maquillaje a las siete de la mañana cada día. ”Hubo solo un día que tuve que pedir mil disculpas a mis compañeros técnicos. La nariz tiene cinco horas de vida. Después, empieza a despegarse, agrietarse, deshacerse, en fin… hay que cambiarla. Y tuvimos que parar dos horas más las grabaciones: ese día nos quedamos hasta las 11:30 pm”. La transformación Ebelin cuenta que semanas antes de comenzar a grabar tenía curiosidad por saber qué le iban a hacer. “Orana, que es la diseñadora de imagen, me explicó que me pondrían una prótesis dental, látex en la nariz, depilarme la mitad de las cejas, relleno en el cuerpo y que usaría pelucas”. “Lo sorprendente fue lo que me dijo el dentista: ‘A ella (Magaly) me dijo– le han limado parte del maxilar superior para bajarle los dientes. Debe haber sido muy doloroso. La operación consiste en cortarle la encía y limar el hueso para que la protuberancia baje’. Después me preguntó si estaba preparada para salir fea en la pantalla y yo le respondí que sí”. “Claro que estoy preparada, como actriz no tengo miedo al ridículo, eso hace la diferencia entre los actores profesionales y aquellos que a partir de un papel en alguna producción se autodefinen “actores”, los que tienen que ponerse mentol en los ojos para poder llorar porque no llegan al sentimiento”.