Patricia Barreto está imparable. Es protagonista de las más taquilleras películas y producciones televisivas de los últimos años. Nacida artísticamente en el mundo del teatro, la actriz está de vuelta en la pantalla grande con Bienvenidos al paraíso, que dirigió Ani Alva Helfer. Se estrena este 28 de marzo en todos los cines.
“Es una comedia de viaje que filmamos en Santo Domingo. La protagonizan Tatiana Calmell del Solar y Andrés Salas, quienes son una pareja de novios. Yo soy Cata, amiga de ellos. Una mujer que tiene muy claro sus límites. Es un poco liberal. Me gustó mucho ese personaje y grabar con Star Plus (filial de Disney) fue un gusto de altísimo nivel”.
—¿En qué etapa te sientes?
—En una de bastante agradecimiento, bienestar. Siento igual que estoy en constante movimiento y trabajo, que es una cosecha muy fructífera para mí. Veo atrás, observo y me doy cuenta y agradezco todo lo que estoy viviendo, pero no detengo esa marcha. Esa marcha sigue y sigue. En un balance es consecuencia de mucho trabajo, orden e intuición. Y busco toparme con personas que estén alineadas con mi energía. Es un balance agradable, apasionado, que me impulsa mucho más. Estoy muy contenta.
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—Has mencionado trabajo, orden e intuición. ¿Qué tanto de sacrificio?
—Siempre, para todo hay una cuota de sacrificio. A veces decir que no y renunciar a muchas cosas en todo aspecto hace que uno tenga que darle la posibilidad a los otros tips que vienen, pero también a trabajar un poco en las frustraciones, en las culpas y en todo eso ¿no? Pero el sacrificio yo lo veo como la renuncia, pero la renuncia para un próximo fin. Ahora más que nunca, porque ya estoy más grande y me siento mas segura para saber que un no, no me condiciona para nada, un no es parte del sí. Igual, no trabajo para el resultado, no trabajo para eso, no me afecta mucho porque yo vengo de una formación muy disciplinada. Vengo del teatro de antes de la transición del internet, donde trapeábamos el teatro, pagábamos derecho de piso. Ese teatro hace que el sacrificio sea parte de tu disciplina, no hay peros, el sacrificio no cuesta, el sacrificio es parte de. Ahora todo se busca en las redes, los resultados se piden inmediatos. Yo que vengo de una generación de transición, me cuesta saber que esto tiene que saber como muy para mañana. Yo veo el sacrificio como parte del crecimiento personal, de la formación. No me peleo con el sacrificio, no como un dolor. Más dolor me significaría no intentarlo, que el miedo me paralice.
—¿Y has dicho que no muchas veces?
—Sí, muchas veces. He tenido la posibilidad, gracias a Dios, de elegir, de decir que no, pero con un no justificado, porque no me suma, no me construye, no es lo que quería decir. Hay cosas que no te conectan, no te comprometen y yo trato, en mis dos etapas, independiente y comercial, que conecte con lo que quiero decir, con el humor que quiero compartir, que vaya mucho con mi coherencia. Cuando veo que el límite pasa y me siento sumergida en temas banales o muy superficiales, me retiro. Y eso de repente me cierra algunas posibilidades, pero trato de tener control. Hay tantas cosas donde uno no puede tener control en su vida, que yo, por lo menos, en mi carrera, trato de tener el control. Es lo que busco. Tratar de tener el equilibrio, el balance entre ser una artista comercial y una artista más comprometida con mis cosas personales.
-Comentaste que en tu época se trapeaba el teatro. Ha habido muchos cuestionamientos a que algunos chicos salidos de realities les llegara el protagónico así de repente. ¿Qué opinas?
Que te conteste eso, genera polémica. Yo solo me enfoco en mi experiencia. Siento que la transición y gracias a las posibilidades, en cuanto a lo cultural, han evolucionado. Nosotros teníamos muy pocos espacios y no solo en mi tiempo, en tiempos más atrás. Se ha construido una formación de un público que venga al teatro. Ha sido otra etapa y ahora para las nuevas generaciones, gracias a que hay una chamba previa, ya está servido mucho y va seguir evolucionando. Lo que creo es que la esencia no debe perderse, tener la humildad de poder construir desde cero, de poner bien el primer cimiento para no perderte, para ir de a poquitos y poner una buena columna y cuando mires atrás poder decir: '!Yo estuve aquí y vale la pena!'. Y reconocerme que estuve aquí, que lo hice desde el principio. Yo he limpiado el piso, repartía los boletos, iba a la calle a animar a que entre la gente al teatro donde había solo 3 personas. Yo ponía la gorra en el parque. Hice todo eso, es parte de mi formación. Nadie me obligó. Es un proceso como el de cualquier emprendedor que empieza. Esas cosas se construyen y ahora me encantaría que se den para que los estudiantes sepan que hay todo un proceso antes de recibir el aplauso. Y que, bueno, la vida y la suerte no tiene que ser igual al otro. Si te llega el subidón de frente y la fama se celebra, ok, pero digamos a los que nos ha tocado labrarla, cada cosa construida suma. Entonces ya no te pierdes, maduras, recibes el amor de otra manera, construyes de otra forma, nada te ha sido regalado, todo te ha costado y si pasase y llegara la fama a personas que tienen todas las ganas de tener reconocimiento, de mostrar su arte, que sepan valorar que eso no es todo en la vida. Si no te preparas, tienes un respaldo o herramientas te quedas en el aire, absolutamente en el aire. Mi único comentario sobre ese tema sería tener los cimientos fuertes, las herramientas, la formación, el estudio y nunca dejar de ser aprendiz porque si no tienes nada de eso estás perdido.