Desde el 2018, con el estreno de la comedia No me digas solterona, Ani Alva es la cineasta peruana más taquillera y a la vez dirigió una película comercial que tuvo el visto bueno de la crítica. Con el cierre de salas por la pandemia, se postergó el estreno de la secuela y ahora ingresará a los cines este 14 de abril. “Ahora estoy en la misma trifulca. ¡Dios mío, el país!”, nos comenta recordando la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski. “He trabajado mucho en estos dos años, gracias a Dios. Si bien la pandemia te paraliza, a la vez nos movilizó a pensar en cambios”, dice sobre su trabajo en televisión y en diferentes productoras de cine. Entre sus tres rodajes pendientes, está la película sobre Everardo Zapata Santillana. “En diciembre empezamos Coquito”.
Cuando presentaste No me digas solterona, dijiste que no ‘apostaron’ tanto porque no era un tema común en Perú. Finalmente, fue taquillera.
Siempre apuesto por lo que me motiva. Soy una mujer soltera, de hecho sigo soltera desde esa entrevista (se ríe), así que yo me cuestionaba por qué para otras mujeres es tan importante el matrimonio.
¿A qué conclusión llegaste?
Que es la sociedad que nos forja esa forma de pensar. Pero yo siento que he venido a este mundo a cumplir sueños y a trabajar, es lo que realmente me llena. Hay que deconstruir varias cosas que se nos han planteado y No me digas solterona 2 habla de una crisis existencial; si eres lo que soñaste ser cuando eras niña. Al parecer, si no cumples con tener una carrera, un matrimonio, hijos, para la sociedad no eres nadie. Hay que derrumbar eso.
¿Te parece importante que el llamado cine comercial pueda incluir esos temas en sus contenidos?
Claro, para mí toda película debe ser una proyección de la sociedad. El cine puede funcionar como un arma política y con un mensaje a dar. Puede ser una proyección de lo que queremos. Entonces, dejemos de ponernos en un segundo lugar, no sé, en los relatos audiovisuales. Por mucho tiempo los escritores y las historias iban más por otro lado, nos veían a nosotras más como la amiga ‘de’ o la mujer a rescatar.
No me digas solterona 2. Foto: difusión
Hasta que nos volvamos a encontrar u otra cinta, puede ser bien recibida o lo contrario. ¿Ves necesaria la crítica de cine?
La crítica es un trabajo y yo lo respeto. Después validaré si estoy de acuerdo o no estoy de acuerdo, pero es algo ajeno a mí y todos tienen la libertad de opinar. Finalmente, uno hace un trabajo público, ¿no? A partir de esta película, es importante hablar de que, a diferencia de otros países de Sudamérica, Perú no tiene un plan tributario para que grandes empresas como Amazon o HBO vengan a invertir. El meollo del asunto es que no es tan atractivo para los de afuera.
Es decir, no todos tienen las mismas oportunidades y además queda pendiente la cuota de pantalla.
Exacto. No tenemos lo que tienen otros países. La cuota de pantalla existe en Argentina desde el año del ñangué.
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El cine sigue siendo un sector hostil para varias mujeres en Perú. ¿Piensas que hubo cambios?
Cada vez se van sumando más mujeres a los rodajes, pero el porcentaje sigue siendo el mismo, siempre hay más hombres que mujeres. Es una cuestión de igualdad y todavía estamos en la lucha para que en los puestos jerárquicos también vayan variando. Me gusta trabajar con mujeres porque compartimos un mismo discurso, porque me siento cómoda, y es importante darnos esos lazos. Yo en esta película exigí al equipo de producción que haya más mujeres. Si estamos en un puesto jerárquico, ayudemos a que más profesionales entren y que poco a poco sea más equitativo.
Volviendo a tus películas, ¿Qué comentarios aún escuchas y cómo los relacionas con la ficción?
A mí cada vez que me preguntan si soy soltera es como si me dieran el pésame (sonríe): “Estás soltera, ¡ay qué pena!” (¿Qué respondo?) “Espérate, qué pena nada, estoy contenta, te lo juro”. Es que se ponen tristes por mí y la verdad es que estoy súper bien y (el matrimonio)no es algo que me movilice. A mí me mueven cosas como mi trabajo, mi próxima película. Pero- al parecer- eso está en el inconsciente de todas esas personas que no pueden creer que una mujer sea feliz sin tener una pareja al lado. Tampoco condeno el matrimonio, pero a los 34 años todavía no (sonríe). Creo que la película apunta a eso, que dejemos de normalizar ese tipo de comentarios, de imposiciones. Creo que esta película tiene ese halo de libertad, que cada uno es suficiente con lo que es.
¿Y de qué trata la película que dirigirás en Iquitos?
Trata del éxito, de…qué es finalmente el éxito. Una de las protagonistas es lo que la sociedad entendería que es una mujer exitosa, entre muchas comillas, tiene la vida perfecta. La otra se siente exitosa, pero ante la sociedad no lo es; la otra no se siente nada exitosa.
¿Y en tu caso?
¡Qué difícil! Yo me siento contenta ¿sabes? Creo que esas palabras como el éxito, son tan de momento, tan fugaz. Estudié lo que soñé, lo que quise estudiar y trabajo de lo que estudié, eso es un privilegio, sobre todo en países como el nuestro. Y para mí eso ya es un sueño, me hace una persona ya exitosa sin necesidad del resultado de lo que yo esté trabajando. Con levantarme y tener esa alegría de estar viviendo de lo que alguna vez soñé... ya me siento muy bien.