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Guillermo del Toro: “La película habla de la adicción a la adulación y al éxito”

El ganador del Óscar deja lo sobrenatural para abordar “el horror” del ser humano en El callejón de las almas perdidas.

Guillermo Del Toro
Guillermo Del Toro

”El horror está en la cabeza del personaje. Y la exploración de la película es de esa ambición que nunca va a tener ‘llenadero’, como se dice en Guadalajara (sonríe), es impresionante el éxito... lo que pasa es que cuando se recibe con un hueco, nunca es suficiente”, responde Guillermo del Toro en una reunión por Zoom con la prensa por El callejón de las almas perdidas, que se estrena este 27 de enero.

El ganador del Óscar por La forma del agua repasa su carrera e incluso, mientras responde, busca uno de los cuadernos con los dibujos para la película. Tal como sucede en su cine, le interesa hablar de la conducta humana y de los ‘monstruos’. Comenta que intentó que su primer largometraje fuera una película de cine negro, había elegido adaptar la novela No habrá final feliz de Paco Ignacio Taibo II. “Por fin después de décadas pude hacer este sueño realidad”, dice sobre la nueva versión de la novela de William Lindsay Gresham.

Del Toro filmó en pandemia y pudo reunir a Bradley Cooper, Cate Blanchett, Rooney Mara, Willem Dafoe y Toni Collette. Pero pensó en la película desde los 90. “Nos dijeron: ‘No nos interesa’. La idea de lo monstruoso encarnado en un personaje atractivo visualmente como lo es Bradley ha estado en mis películas desde el principio”.

Nightmare Alley es la gran apuesta del galardonado director mexicano Guillermo del Toro por el cine noir o negro. Foto: Searchlight Pictures

Nightmare Alley es la gran apuesta del galardonado director mexicano Guillermo del Toro por el cine noir o negro. Foto: Searchlight Pictures

En El callejón de las almas perdidas, Stanton Carlisle trabaja en una feria, aprende de un mentalista y utilizará su oficio para embaucar a la alta sociedad neoyorquina de los años cuarenta. Uno de los colaboradores de Del Toro declaró que la película hablaba del “vientre del capitalismo”, pero el cineasta nos responde que considera que ha ido más allá. “Antes de que exista un sistema como el capitalismo, existe una tendencia humana (sonríe), como la ambición y la insaciabilidad. Esos son los orígenes. La soledad, la destrucción de una persona cuando es niño, la oquedad que te deja un daño infantil que no puedes llenar nunca ya. Lo interesante para mí es lo íntimo, lo espiritual. Por ejemplo... la película habla de la verdad y de la mentira, que eso puede ser político, social, económico, pero es principalmente tu relación más íntima con tu espíritu. La mentira es un veneno. Y la relación que tenemos con esta idea de la nutrición hueca de la popularidad y de la fama, los clics, lo seguidores, los votos, es decir, hay una oquedad más originaria que el capitalismo. La película y la novela hablan también de la adicción, que es un fenómeno que se puede dar a nivel físico con el alcohol o con la comida –en mi caso– o puede ser a nivel espiritual con el alimento de la adulación y el éxito”.

El director comenta que ha tratado de que el espectador pueda “aprobar o desaprobar” al personaje, pero entenderlo. “Esa es la diferencia entre el cine clásico y lo que intentamos hacer en esta película. Intentamos no juzgarlo. Y Bradley Cooper se esmeró profundamente en estar completamente -a nivel espiritual- desnudo en la película, sus momentos son completamente reales. Y eso es maravilloso cuando está una cámara enfrente para captarlo”.

Antes y después del Óscar, Del Toro ha tenido que esperar para poder filmar. Por eso habla de las plataformas y de las alternativas para hacer cine. “El covid afectó la taquilla profundamente. El tamaño de una película es su ambición cinematográfica, yo no puedo mentir, algunas de las películas que más me afectaron las vi en la televisión de niño. La primera vez que vi un Hitchcock fue en la televisión. No creo que vayan a desaparecer las salas de cine, pero va a ser una experiencia para cierto tipo de película. Todo en la vida viene con bueno y malo, o sea, la vida es un sándwich de m..., tiene más pan o menos pan, pero siempre hay m... Entonces, cuando hablamos de las plataformas, no se van a ver en cine grande, pero las películas se van a hacer. Llevo cargando Pinocho cerca de quince años y ningún estudio la quería hacer y Netflix inmediatamente me dijo ‘hagámosla’. Yo estoy encantado de que se haga. Lo interesante es que podamos seguir contando historias”.

Redactora de la edición impresa de La República. Cubre noticias sobre cine, teatro, música y televisión. Bachiller en Ciencias de la Comunicación. Licenciada en Periodismo.