Por: Estefany Barrientos F.
El estreno de Canción sin nombre es uno de los más esperados de la edición 23 del Festival de Cine de Lima. Prueba de ello es que las entradas se agotaron tan pronto se pusieron a la venta y tuvieron que programar una función más. Estrenada en Cannes, con esta película basada en un caso real (el robo de niños en la década de los 80), Melina León fue la primera mujer peruana en competir en el festival francés y, aunque no ganó, quedó en la misma lista (las veinte mejores, según la crítica) que la película de Quentin Tarantino Once Upon a Time in Hollywood.
Coincidimos unos minutos con la cineasta en los pasillos del Centro Cultural de la PUCP, entre credenciales y la noticia de que la película seguirá recorriendo el mundo. “Es precioso recibir los correos de tantas chicas peruanas y latinoamericanas que dicen que les hemos abierto el campo y es bellísimo realmente que haya podido inspirar un poquito”, nos dijo. La próxima parada será el festival de Montreal donde competirá por el FIPRESCI (premio de la crítica internacional).
El director del Festival de Cine de Lima, Marco Muhletaler, nos contó que Perú fue el tema de conversación en Cannes. ¿Cómo tomaste las críticas positivas de medios como The Hollywood Reporter?
No esperábamos para nada una respuesta tan positiva, pero lo tomo también como una enorme responsabilidad, todo tiene muchas aristas. Es bello representar al Perú -y lo que te dice Marco es maravilloso-, pero también es un trabajo inmenso que viene de muchos años... Emocionalmente es muy complejo.
Claro, algunos coinciden en que quieren “que les cuentes más” sobre esta sociedad peruana que representaste.
Sí, probablemente se referían a eso, a hablar de tantos temas dolorosos que tratamos en esta película: está el tráfico de niños, estamos hablando del racismo, de la homofobia. Estamos hablando, en general, de temas que afectan, que son universales, por eso creo que ha calado en tantos países.
¿Este cine siempre tiene que ser una voz importante para temas contemporáneos?
Sí, no puedo decir el cuánto, pero el cine sí es una voz más que se suma al periodismo, a la voz de los activistas, por supuesto, los artistas nos sumamos a esta lucha, a esa resistencia, el no permitir que el mundo se acabe de hundir.
¿Le haces un homenaje a tu padre (el periodista Ismael León) con esta película?
¡Mi padre! (sonríe). Mi padre tenía mucho de idealista, pero como todos, una persona también muy de este mundo. Yo trato de no idealizar, de caer en el idealismo (ríe) porque sí, tenía mucho de idealista, de luchador, de periodista, ¿no? Una persona en constante búsqueda de la verdad y de la justicia. Y sí, en ese sentido, la película le rinde un homenaje, él fue la primera portada de La República (hizo reportajes sobre las desapariciones de bebés en 1981). Por supuesto, todo eso se convierte en ficción para el público: uno parte de las historias reales, pero cuando las llamas ficción, pues son eso. Comienzas a inventarte cosas para que los personajes sean más ricos, más complejos, interesantes... ¿La esencia? No, no la perdemos. La idea, la fuerza de la primera imagen, del impulso que nos lleva a crear, eso no se pierde nunca.
¿Qué te parecieron las comparaciones en estética con Roma?
Por un lado me da un cierto orgullo que nos comparen con una película de un director tan conocido, me da una cierta satisfacción. Pero, por otro lado, son dos películas muy distintas. La película de (Alfonso) Cuarón se expande, las tomas son expansivas, muy bonitas. Pero nuestra película más bien se comprime, el mundo de ‘Georgina’ no es un mundo en blanco y negro así, digamos, tan soleado, como en la película de Cuarón, que responde, me imagino, al México de sus recuerdos (sonríe). Nosotros hemos fotografiado a Lima en invierno.
Has recibido elogios por elegir a Pamela Mendoza Arpi. Le diste un protagónico a una actriz no mediática, en su debut en el cine, formada en teatro. ¿Has pensando volver a trabajar con ella?
Para mí ha sido una de las grandes satisfacciones haber conocido a Pamela. De hecho, sí, la siguiente película la estoy desarrollando con ella. No sé si ella en el plan de actriz, pero sí en el plan de escritora.
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O sea, ya está en borrador tu segunda película.
¡Por supuesto! (sonríe).Queremos hacerla. ¿Cuándo? Nunca se sabe, si te llego a decir una fecha te mentiría.
¿De qué depende este tipo de cine?
Todo depende de los fondos y en que ya tengamos más armado el guion. Lo que sí puedo decir es que muy pronto, porque es fascinante poder volver al ruedo.
¿Ya hay fecha tentativa para el estreno comercial de Canción sin nombre?
La fecha tentativa es marzo del próximo año.
Esperemos, entonces, que ya existan cambios con la Ley de Cine. Sigue siendo como una ‘batalla’ conseguir más salas y funciones, ¿no?
Efectivamente, les pedimos al público que nos ayuden en esta batalla contra la mediocridad.