Ley de Cine: hablan los rostros detrás de las historias
Compas de espera. Directores de representativos largometrajes peruanos comentan sus expectativas acerca de la Ley de Cine, que aún espera en el Congreso una segunda votación.
Escribe: Cecilia Castillo y Zoraida Peña.
En el 2018 se estrenaron 59 películas peruanas, cifra bastante positiva que derivó a que muchos sigan llamando el ‘nuevo boom’ al cine nacional. Otros, aún, optan por el escepticismo. En mayo se aprobó, en primera votación en el Congreso, la Ley de Cine (Ley de Promoción de la actividad Cinematográfica y el Audiovisual Peruano). El gremio se encuentra a la espera de una segunda votación que, de ser favorable, sentaría las bases para una verdadera industria. Aquí algunas opiniones.
Para Álvaro Delgado-Aparicio, director de Retablo, la película más premiada de la historia, el panorama que se avecina es alentador. “Por ejemplo, Retablo se hizo con la Ley de Cine y con esta ley podrían haber muchos más ‘Retablos’, más películas de regiones. Haciendo este tipo de largometrajes hemos encontrado a protagonistas como Junior Béjar. Imagínate cuántas oportunidades podríamos tener para que otros jóvenes también incursionen en el cine”.
Considera “que con esta ley se va a poder exhibir independiente. En Francia, es curioso, porque existen salas comerciales y de cine independiente. Ojalá se pueda incluir en la ley la cuota de pantalla, que obligue a las salas a tener una película nacional una cantidad de días determinados”.
Melina León, quien este año se convirtió en la primera directora peruana seleccionada en el prestigioso Festival de Cannes gracias a Canción sin nombre, opina lo mismo sobre la cuota de pantalla. “Para que nuestras películas puedan tener garantizada la oportunidad de llegar al público que pagó con sus impuestos su realización. Sin embargo, tenemos que actuar en conjunto y reconocer que la nueva ley nos ayuda y muchísimo. Si aún no tenemos la capacidad de proteger nuestro cine como lo hace Francia, Colombia o Argentina, al menos debemos garantizar la continuidad de lo que ya tenemos, incluso, ampliar nuestros presupuestos y seguir filmando y, sobre todo, democratizar el cine para darle una oportunidad al nuevo Fellini, que seguro vendrá de Ayacucho. Y todo eso lo promueve nuestra nueva ley”.
Ana Caridad Sánchez, cuya cinta Deliciosa Fruta Seca se encuentra en nuestras salas, cuenta a manera de asombrosa anécdota -digna de un guion cinematográfico- que el mismo día del estreno -jueves 27 de junio-, a media mañana, recién se enteró de los horarios de exhibición. “Además, a dos días después del estreno, algunas salas no están publicando los horarios de la película e, incluso, han cancelado las proyecciones argumentando problemas en sus equipos. Estoy indignada con el maltrato que venimos sufriendo los cineastas peruanos en la etapa de distribución y exhibición comercial”, lamenta. “Sobre la problemática de la distribución, la nueva Ley de Cine plantea una firma de contrato entre distribuidor-productor-exhibidor. Sin embargo, al ser un contrato entre empresas privadas, ambas partes son libres de firmar el documento. No se asegura un mínimo de canales de distribución. Me parece que es fundamental una nueva ley de cine en el Perú, y celebro los aportes en cuanto a los incentivos tributarios para que las empresas privadas realicen donaciones”.
Precisamente, Eduardo Mendoza (El evangelio de la carne, La hora final, Contigo Perú), opina que es necesario que la ley contemple que la empresa privada pueda donar el 10% del Impuesto a la Renta. “Si sale, va un porcentaje igual a todos los proyectos llamados regionales o hechos fuera de Lima, y eso me parece un punto a favor que será importante para desarrollar un cine no solamente de directores limeños sino un cine representativo de lo que es la diversidad del pais. Eso me parece una de las cosas más positivas de la ley”.
