Lorenzo Guerrero Neira, fundador y miembro clave de Corazón Serrano, expone en esta entrevista para La República su visión sobre los inicios del grupo, su evolución en la industria musical y los desafíos que enfrentaron a lo largo de su carrera. Desde sus primeras presentaciones en pequeños locales hasta su éxito en los principales escenarios del país, Guerrero explica el esfuerzo y la perseverancia que les permitió superar obstáculos y conectar con el público. Además comenta sobre el proceso creativo detrás de sus famosas canciones y cómo el grupo ha logrado mantenerse vigente en una industria cada vez más exigente.
¿Cómo fue el inicio del grupo para usted? ¿Recuerda, por ejemplo, cuál fue el primer concierto de Corazón Serrano?
El grupo se inició antes de 1993, pero como Los Hermanos Guerrero Neira. Estuve yo a la cabeza junto con mi hermano Edwin. Primero hacíamos sanjuanitos con Edwin y vendíamos casetes en los mercados y en las calles. Luego cantamos en un local llamado Los Portales de San Martín en Piura. Ahí se tocaba los fines de semana para la gente del Alto Piura y del campo. La primera vez tocamos ahí, tocamos como lo hacíamos en las calles. Nos dieron una guitarra eléctrica y un bajo electrónico. Recuerdo que no sabíamos tocar ese instrumento; en realidad, salía mal, pero las voces sí salían bonitas. En ese entonces algunos decían: “Por ese grupo no pagaría ni un sol porque tocan mal”. Pero recuerdo que llegó un señor, un productor, que nos dijo: “Felicitaciones, ustedes tienen mucho futuro, van a llegar muy lejos porque tienen el ángel”. Nosotros dijimos: “No nos vamos a dejar tumbar por los que dicen que no pagarían ni un sol, porque si nos dicen que nos vayamos a tirar al río, no nos vamos a tirar”. Pero el señor productor sí nos dio ánimo. Así cumplimos nuestra primera presentación. La segunda presentación también fue en Piura y ya hicimos el esfuerzo, ya tocamos mejor y así sucesivamente. Después nos querían tener todos los fines de semana en el local.
¿Su familia o el grupo dónde aprendió sobre música? ¿Algún integrante familiar fue músico?
A mi mamá siempre le gustaba la música, hasta ahora canta, pero nunca ha cantado profesionalmente. Mi papá también tenía ascendencia, tenía unos tíos que tocaban, pero no tan profesionalmente, sino de afición. Nosotros somos de Pacaipampa (Piura), del centro poblado Bellavista de Cachiaco, y mi papá, cuando yo era niño, escuchaba que decía: “Algún día mis hijos van a irse lejos y van a llegar aquí a mi casa, mi sueño se va a hacer realidad”. Y se hizo realidad, pues con el tiempo creamos Corazón Serrano y fuimos a tocar ahí, y desde ahí partió todo. Yo, al principio, vine a Piura y me compré una guitarra así por partes, porque en ese entonces yo trabajaba en lo que sea. En ese entonces yo vendía pan y me compré la primera guitarra, no era de buena calidad, pero de ahí comenzó todo. A Edwin también le gustaba la música; desde pequeño le gustaba también tocar. En ese entonces se escuchaba la música en radio. Mi papá le compró su primera radiograbadora y a él le gustaba bastante la música. Vino a Piura y ya con él creamos primero Los Hermanos Guerrero Neira y, de ahí, Corazón Serrano, donde integramos a Yrma y a Edita (Guerrero Neira).
Teniendo en cuenta que usted estuvo desde el inicio del proyecto por ser el mayor de los hermanos, ¿se puede decir que usted es como el padre musical de Corazón Serrano? Sin usted, probablemente no hubiera existido el grupo.
Digámoslo así, que soy el padre musicalmente, porque incentivé a mis hermanos. A Edwin le gustaba el fútbol, pero yo lo incentivé más para la música, porque dije: “El fútbol es más complicado, no le veía tanto futuro”. A él yo le vi bastante futuro en la música y ahora se dan los resultados. Ahora nos ha superado. Él es el referente del grupo, está liderando ahora Corazón Serrano junto con mi hermano Leodan (Guerrero Neira).
¿Toda esta producción que han logrado hasta la actualidad ha sido netamente experimental o han tenido alguna formación aparte?
Quizás primero lo hacíamos porque nos gustaba la música y queríamos que nos conocieran. Vendíamos nuestra música y nos sentíamos contentos, aunque en los primeros conciertos no ganábamos ni un sol; todo era para el gasto, nada más. A veces, también por la inexperiencia, varios promotores se aprovechaban de nosotros, pero hubo otros que también nos han apoyado incondicionalmente. Después ya no fue experimental. Después yo también estudié un poco de música en la escuela de música de Piura y, de ahí, mi hermano. Lo que yo sabía también se lo pasé a mi hermano. Mi hermano ha aprendido en el campo y ahora ya hacemos música profesionalmente.
Lo decía en el sentido de cómo aprendes a crear música, a producir, a identificar qué temas te pueden funcionar. Todo ese proceso de creación, ¿ustedes lo tuvieron de forma innata?
Yo me considero un productor, porque yo escogía las canciones. Edwin es el arreglista y creo que hemos hecho una buena química, un buen engranaje, porque en un grupo tiene que haber un productor y un arreglista. El productor dice, de repente, esta canción es gol, esta canción es buena, pero no hay quien las arregle y así no funciona. Entonces nosotros nos reuníamos y hacíamos, digamos, la pregunta y la respuesta, porque ya nosotros sabíamos los ingredientes. Los dos hemos aportado muy bien.
¿Dónde cree que está la clave del éxito para mantenerse en carrera y seguir creciendo?
Está en la perseverancia, en querer mejorar cada día, haciendo nuevas producciones, escogiendo buenas canciones, aunque quizás a veces no se acierta en todas. De repente de 10 canciones se acierta en una, pero eso es la perseverancia. Gracias a Dios seguimos hasta ahora. No es fácil, a veces, por el trabajo, no se puede ni dormir completo porque te exigen. La gente pide éxitos cada día, renovaciones en las presentaciones en vivo.
¿Podría relatar alguna experiencia difícil de cuando ingresaron al mercado de Lima, una experiencia en la que usted, como director, pensó en rendirse?
Nosotros primero íbamos a tocar solamente para los residentes del norte en Lima y tocábamos solo los sábados. Nos iba bien y llenábamos locales grandes, aunque después ya no. Entonces se dio la oportunidad de que conocimos a un gran amigo de la radio, don Higinio Capuñay, que apostó por nosotros. En ese entonces las FM no ponían Corazón Serrano porque prácticamente era como rebajarse. Él apostó por Corazón Serrano. Yo recuerdo que los programadores le decían: “No, esa música no, mejor cambien de música”, pero don Higinio confiaba en nosotros y en el talento que Corazón Serrano tenía. Se fue contra sus asesores, contra todos, y puso la música de Corazón Serrano. Así dio una gran sorpresa, un gran resultado. A la gente le gustó, no lo rechazó para nada.
¿Hay alguna producción a la que le tienen mucho cariño, porque les permitió dar el gran salto en Lima?
En Lima primero fue un éxito la canción Arrepentida, hicimos un videoclip. Y, de ahí, Mix Pintura Roja, Tu Ausencia y, ya de ahí, todas las canciones. A todas las canciones les tenemos cariño como si fueran nuestros propios hijos.
La canción Arrepentida es un símbolo del grupo, ¿es verdad que está inspirada en una experiencia personal suya de hace muchos años?
Sí. Una vez llegó un amigo que me traía canciones y todas sus canciones no me gustaban. Me dijo: “Lorenzo, escógeme una canción, no seas malo”. Y yo le respondí: “¿Por qué mejor no haces una historia así?”. Entonces le escribí mi historia. Yo, cuando era vendedor de pan, me enamoré de una chica y esa chica me decía: “No, jamás me voy a meter con un vendedor de pan”. Pero ya cuando me veía con el éxito de Corazón Serrano, que ya estaba creciendo, ahí ya estaba arrepentida, porque me decía: “Yo quiero estar contigo, me he arrepentido de no haberte querido”. Al final me decía: “Si no me haces caso, voy a atentar contra mi vida”. Y yo le dije que no hiciera eso porque yo no merecería esas cosas. De ahí, siempre que me encontraba, hasta ciertos años, siempre me trataba de seguir. De ahí nació la canción. Luego el amigo nos trajo la canción con una introducción de melodía, Edwin le hizo los arreglos, probamos que estaba bien y le dije que lo cante él mismo. Lo cantó y pegó.
En otro tema, ¿cómo evalúa la producción de cumbia actual versus la producción de los años 90, en cuanto a cantidad y estilos?
En los años 90 tú grababas audio y no había video. Ya después vino el video, y uno de los primeros grupos que hizo videos fue Corazón Serrano. De ahí nacieron más grupos que copiaron nuestra iniciativa. Corazón Serrano influyó mucho. Por ejemplo, en ese entonces, los grupos musicales de cumbia en su mayoría tenían cantantes hombres y, después, en Corazón Serrano fuimos incluyendo cantantes mujeres. Ahora nos sentimos orgullosos porque hay bastantes chicas que ven como una oportunidad de trabajo el ser cantante. Y hay bastantes grupos que siguen los pasos de Corazón Serrano, eso es muy bueno. En la actualidad, la cumbia ya tiene varios estilos que siempre están actualizándose. Hay cumbia sanjuanera, cumbia romántica y cumbia chicha, todas muy bonitas. Ahora creo que en esta época es un poco más difícil porque ya te exigen más, hay más gastos. Te exigen el audio y contenido audiovisual. También en los escenarios te exigen luces, pantallas, y eso es demasiado costoso. Pero hay que estar a la vanguardia con lo que pide el público. A veces dicen: “¿Por qué los grupos cobran muy caro?”, pero no saben los gastos que se hacen para las luces, pantallas y equipos de sonido. Además, damos oportunidad de trabajo a un montón de gente. También hay eventos en los que, aparte de que tú pagas a la Sunat los impuestos, ellos llegan, se ponen afuera y te sacan todo, te cobran más impuestos; llega Apdayc y es un derecho que se tiene que pagar por los autores y compositores; también viene la municipalidad. Los eventos causan más gastos. Al final de toda la torta nos queda poquísimo. A veces dicen: “Los grupos son millonarios”, y no, los grupos no son millonarios. Al contrario, es un poco más difícil trabajar. A veces también uno compra algunas cosas y luego, cuando las vas a vender, se devalúan. Al final no es ganancia, sino que nos mantenemos, gracias a Dios. No nos sobra ni nos falta, pero es demasiado difícil ahora mantenerse ante los ojos de la gente. También hay que destacar que los grupos grandes antes eran vistos como cualquier cosa, digamos, como de barrio, pero ahora se está creciendo y nivelando en lo audiovisual a los grupos internacionales.
Se ha escuchado bastante esa crítica sobre cómo antes la entrada a un evento costaba 10 soles, pero ahora cuesta 50 soles. ¿Tiene que ver con la formalización o profesionalización de la industria?
Claro, antes no había tanto eso. Ahora, por ejemplo, la Sunat se lleva los impuestos, y a veces te quieren cobrar hasta de los que venden los chicles. Pero la venta de chicles y caramelos no es de nosotros, sino de gente a la que nosotros dejamos que pasen para que también generen su trabajo. Todo es un gasto que, al final de todas las entradas, no queda mucho. Fuera bacán si de todo lo que recibimos no pagaríamos nada, ahí sí fuéramos millonarios, pero no es así.
Usted mencionó algunas variantes de la cumbia, como la cumbia sanjuanera. En Lima ha empezado a crecer el término cumbia urbana. ¿Qué le parece a usted estas nuevas tendencias?
Me parece muy bien y me alegra mucho. Felicito a los que lo están haciendo, porque están fusionando ritmos. A veces la gente ya se cansa de los mismos ritmos y busca otras alternativas. Seguro que van a tener éxito y eso, personalmente, a mí me alegra mucho, pues también están aportando más a la cumbia.
¿Siente que en este momento, año 2024, con toda la difusión en las redes y los medios, la cumbia peruana está en un apogeo histórico?
Yo creo que sí, gracias a la tecnología y a las redes sociales. Eso nos ayuda bastante. No solamente para nosotros, sino para los grupos pequeños, porque ahora ya no sufren como sufrimos nosotros. Antes había que rogar a la radio, no nos querían poner, ni la televisión tampoco. Pero ahora depende solamente de que el grupo grabe una buena canción y se vuelve tendencia número 1. Y no solamente es a nivel del Perú, ahora puede ser a nivel internacional. Se va creciendo cada día más y esa es la gran oportunidad que debemos aprovechar.
Me gustaría saber su opinión o su visión sobre cómo imagina a Corazón Serrano de aquí a unos 10 años aproximadamente. ¿Cómo lo ve o cómo le gustaría verlo?
Me gustaría que crezca cada día más. Ahora yo no estoy viajando con Corazón Serrano, pero sí estoy pendiente de lo que hacen mis hermanos. Lo están haciendo muy bien mi hermano Edwin y ahora mi hermano menor, Leodan. Cuando hay cosas que a mí no me gustan, yo les he dicho que voy a intervenir, pero hasta ahora está bien. Vamos a seguir aportando más para que Corazón Serrano permanezca, haciendo fusiones de ritmos, porque el que no arriesga no logra nada.
Aprovechando ese comentario respecto a Corazón Serrano, ¿nos podría contar por qué usted tomó un poco de distancia del grupo?
Yo no me he retirado, sino que ahora ya mi hermano Edwin es el director musical y me alegra mucho porque lo está haciendo muy bien. Pero siempre escogemos temas, vemos temas, estamos ahí. Yo no viajo con Corazón Serrano porque ya ahora me he enfocado más en el grupo El Encanto de Corazón, al cual mis hermanos también me apoyan en todo sentido. Estamos ahí y yo estoy muy agradecido también al público por apoyarnos y comprender eso. Pero siempre estamos ahí poniendo el hombro y seguimos adelante.
Respecto al grupo El Encanto de Corazón, ¿cómo nace esta agrupación? ¿Cuál fue la motivación de usted para crearlo?
El Encanto de Corazón es una iniciativa que tuve para dar oportunidad a nuevas figuras, porque siempre decían: “Quiero una oportunidad para Corazón Serrano”, y lamentablemente de diez chicas que podrían cantar muy bien, solo llegábamos a escoger a una porque solo una necesitábamos. A veces nos decían: “¿Por qué no hacen otro grupo?”. Entonces quisimos hacerlo para dar más oportunidad a los nuevos talentos, y sí está funcionando. Y ahora ya tengo a mi hija Melanie, que le gusta la música, y a otra pequeñita. Otros de mis hijos andan en la parte administrativa y también tengo que darle oportunidad. Gracias a Dios se están dando las cosas.
No quiero que suene mal la pregunta, sino que se entienda en un contexto. ¿El Encanto de Corazón podría decirse que es como la cantera de Corazón Serrano?
Digamos que sí, quizás también no, porque Corazón Serrano tiene sus propias cantantes y El Encanto de Corazón también tiene sus propias cantantes. El grupo El Encanto está creciendo bastante; todos los contratos que quieren hacernos son con las cantantes actuales. Nos dicen en los contratos: “Menciónenme qué cantantes están de las actuales”. Si no va una, reclaman con justa razón y hacen problemas. Igual que en Corazón Serrano, por ejemplo, a veces no va Yrma y hacen problemas, a veces no va tal cantante y también hacen problemas, porque cada cantante tiene su propio público. La gente nos dice: “No contrato solo a una cantante, sino a todo el grupo”.
¿Nos puede contar un poco más de El Encanto de Corazón? ¿Cuántos años tienen, cómo les va en este tiempo y musicalmente cuál es su estilo?
A El Encanto de Corazón, como yo estoy ahí, la gente lo ve como si fuera un Corazón Serrano chiquito. La gente nos dice: “Tócame las canciones que no toca Corazón Serrano, las más antiguas”, y entonces nosotros hacemos eso porque la gente lo relaciona. No es porque entre nosotros seamos competencia; al final, si fuera así, la competencia no es mala, al contrario, te ayuda a crecer. Pero nosotros no somos competencia porque somos de la misma familia. La gente pide las canciones antiguas de Corazón Serrano y no es porque Corazón Serrano no quiera tocarlas, sino que como el grupo tiene un repertorio amplio, la gente reclama también las canciones nuevas. Por eso llevamos algo parecido a Corazón Serrano y la gente sí lo relaciona. Y como yo también soy parte de Corazón Serrano, la gente me pide música de Corazón Serrano y, digamos, por ahí va el estilo. El Encanto es más para el norte sanjuanero, un poquito más diferente de Corazón Serrano. La gente pide que las canciones que no toca Corazón Serrano, las toque El Encanto de Corazón.