Perú se posiciona como una de las principales plazas para resolver arbitrajes comerciales y de inversiones en el mundo, pero aun debe garantizar su estabilidad política interna para reducir controversias domésticas.
Como parte del Open de Arbitraje - Lima 2024, realizado por primera vez fuera de España, el presidente de la organización de dicho evento, Javier Íscar de Hoyos, dijo para La República que Perú "tiene una ley a la atura de las mejores del mundo", por lo que se está convirtiendo en "una de las sedes más solicitadas para celebrar arbitrajes internacionales".
"No solo de Perú, sino de otros países que buscan a Lima como sede, pues es una plaza muy segura. Están muy adelantados frente a muchos países de Europa, aunque todavía hace falta corregir algunos pequeños desvíos para masificar localmente estos arbitrajes", aseguró.
Javier Íscar de Hoyos apuesta por Lima como una de las mejores plazas globales para arbitrajes comerciales y de inversiones. Foto: Open de Arbitraje 2024
El elemento diferenciador de Perú frente a Europa y el resto del mundo, explica el español, es el modelo regulatorio y legislativo "que ha permitido que sea obligatorio el tema del arbitraje en temas de contratación pública".
"Eso provoca que, por necesidad, cualquier conflicto que esté relacionado con contratos públicos va a arbitraje, sea nacional o internacional, y eso da una experiencia o cultura de derecho a los abogados peruanos muy por encima al resto de la media de países, donde no es obligatorio y hay menos experiencia", destaca.
Así, el sistema es eficiente porque se ha buscado la rigurosidad masificando los conflictos relacionados con temas públicos, algo que ha provocado que se haya normado a más personas, abogados y peritos para entender lo que es un arbitraje. Al final, "hay más cultura y proyección".
Se debe diferenciar entre arbitraje comercial y de inversión: el primero de ellos, busca resolver cualquier controversia contractual entre privados, los cuales eligen un país como sede para resolver la controversia bajo las leyes locales. En este caso, la plaza debe estar previamente fijada por contrato.
Es aquí donde todos los países compiten para ser la mejor sede y ofrecer las mejores reglas de juego. Lima, según Íscar de Hoyos, está a la altura de otras plazas como París, Madrid, Ginebra, Nueva York, Miami, Londres, Singapur o Santiago.
En cuanto al arbitraje de inversiones -que también puede ser contractual entre privados-, suele ocupar tratados internacionales con un inversionista extranjero afectado por el cambio de condiciones o "decisiones ilegítimas" por parte del país donde trae sus capitales. En este caso, puede elevarse aunque no esté en contrato.
Perú no es visto como un país de alta litigiosidad en el mundo, en materia de arbitrajes comerciales y de inversión. Foto: Open de Arbitraje 2024
"Los inversionistas eligen Lima como sede, por ejemplo, una empresa china o de EE.UU. podrían elegir venir para resolver sus controversias. En la región, Perú está creciendo mucho en arbitraje doméstico y empieza a tener más internacional, pero todavía está lejos de plazas como París, Suiza, Londres o Nueva York", aseguró el letrado.
No obstante, el presidente del Open de Arbitraje menciona que Perú es un país que intenta evitar el conflicto con los inversionistas, "aunque siempre habrán diferencias por temas culturales o políticos".
En esta línea, asegura que nuestro país "no es un ejemplo de litiogisidad", a diferencia de otros en la región, donde el arbitraje es el mecanismo usual para resolver controversias internas. De hecho, explica, ahora mismo la ley peruana "ha cambiado y es de prevención antes que de confrontación".
"El respetar las reglas del juego también es un factor a tener en cuenta cuando se traen capitales extranjeros. El dinero es temeroso y el inversionista de telecomunicaciones, energías o cosntrucción elige un país que cuide ese dinero y que no sea una montaña rusa, un vaiven. Lo elige porque lo considera un entorno seguro", finaliza.