Citi Research espera que la economía peruana crezca 2,4% este año —mantiene su proyección anterior— con un marcado sesgo al alza gracias a los vientos favorables provenientes por los buenos precios de los minerales, como el cobre y por la normalización de la inflación.
Sin embargo, advierten que la política sigue siendo un factor de riesgo que merma el potencial del PBI, tanto por el lado del Congreso como del Poder Ejecutivo. Ya calificadoras como Fitch y S&P han reducido tanto sus notas como perspectivas por la impopular clase política.
“Hay una política incierta y dividida. Muchos inversionistas externos se preguntan cómo es posible que un presidente con una aprobación tan baja, de solo el 5%, se mantenga en el poder y no se vaya”, comentó Ernesto Revilla, economista jefe para Latinoamérica de Citi.
Revilla añadió que el Congreso, en su interés por mantenerse en pie, juega en pared y “se equilibra” con la gestión de Boluarte, quien pese a su baja popularidad —de apenas el 5%— se mantendría hasta 2026. “Esto es lo que el mercado se pregunta”, puntualizó a los medios de comunicación.
Pese a reconocer que hay un “renacer de la inversión privada” por la cercana apertura de operaciones en el megapuerto de Chancay y el destrabe de proyectos como Tía María, Citi no elevará el crecimiento del PBI en el corto plazo —a diferencia del BCRP y MEF, que apuntan a 3,1%— justamente por el ruido político que es vista como una preocupación real para los inversionistas extranjeros.
La inversión privada viene de dos años en negativo: -0,5% en 2022 y -7,3%, en 2023. Para el corriente, el BCRP estima que rebote a 2,3%, con énfasis en la minera, que tendría una tasa de 6,4%.
Es menester precisar que la inversión privada abarca el 80% del total que se mueve en el país, y lo restante, es acaparada por la inversión pública.