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Economía

Apenas 3 de cada 10 trabajadores son formales

Efecto. La informalidad se concentra en las mypes, afecta más a las mujeres y se concentra mayormente en el sector primario de la economía, según el INEI.

larepublica.pe
Brecha. La informalidad peruana tiene rostro de mujer y se desempeña en actividades agrícolas, pesqueras y mineras. En el ámbito rural, la tasa es de 94,1%. Foto: difusión

Con la recesión, el indicador general del empleo peruano retrocedió 0,9%. Según el INEI, se perdieron más de 157.000 puestos. La población ocupada, al cierre de 2023, es de 17 millones 179.800. El Instituto Peruano de Economía (IPE) advierte que la contracción es “la cifra más crítica en más de 20 años”.

La tasa de formalidad cerró en 28,9% de la PEA ocupada y la de informalidad, en 71,1%. En concreto: 3 de cada 10 trabajadores son formales y 7 de cada 10, informales.

La data revelada por el INEI arroja una ligera mejora respecto al año prepandemia, donde la formalidad tuvo un ratio de 27,3% y la informal, de 72,7%; no obstante, la de empleo adecuado actualmente sigue 10 puntos porcentuales por encima: 49% (2023) contra 59,8% (2019).

El contraste con el año previo al COVID-19 es vital, según el laboralista Fernando Cuadros Luque, para medir genuinamente cómo está el mercado peruano tras el remezón sanitario, que no solo empujó al PBI a -11%, sino que elevó la pobreza al 30% de la población.

Radiografía

La informalidad peruana tiene rostro de mujer, trabaja en una mype y en el sector agrícola, pesquero o minero.

El INEI precisa que la mano de obra informal es 73,4% femenina, con férrea incidencia de 45 a más años (73,6%) y educación primaria (93,8%). En el ámbito rural, el 94,1% es informal.

Por tamaño, el 85,1% de los ocupados en empresas de 1 a 10 trabajadores son informales (mypes), y un 46,7% lo son en las de 11 a 50 trabajadores (pequeñas empresas); en tanto, el grueso de los formales (83,7%) está en grandes empresas, de 51 a más trabajadores (medianas).

Y, por rama de actividad, agricultura, pesca y minería arrastran una tasa de 91,1%. Le siguen construcción (79,4%), comercio (72,0%), manufactura (64,3%) y servicios (59,4%).

¿Realmente retrocedió la informalidad laboral?

Cuadros Luque explica que, si bien hay una mejora al retroceder la informalidad a 71,1%, apenas un tercio corresponde a los asalariados no declarados en planilla, y los dos tercios restantes, a independientes que no pagan impuestos.

“Esto infla la informalidad. Más importante es ver la informalidad de los asalariados o dependientes. Esta es la realidad de la informalidad laboral. Lo otro no se va a mover porque los independientes son precarios, que no declaran ni van a hacerlo en muchos años”, explicó a La República. Así, sostiene que la informalidad laboral nacional en el ámbito privado, al 2022, llegó a 61% (y en el área rural se disparó a 86,4%).

Anteriormente, especialistas indicaron que para absorber a los 300.000 jóvenes que anualmente ingresan al mercado, Perú debe crecer a tasas del 6%. Este año, se espera una menor a 3%.

1,7 millones gana un sueldo mediocre

Solo en Lima Metropolitana, a enero del corriente, está en el subempleo por ingresos —es decir, que ganan por debajo del promedio—. Según Farid Matuk, esta cifra es discrecional y puede variar, pero responde a un “sueldo miserable”.

Comparado al 2019, hay un aumento de 63,5% de empleados sometidos a esta situación.

Existe una brecha de 145.200 empleados que no logran recuperar su empleo adecuado. El grupo de trabajadores con todas las de la ley bajó a 3 millones 106.100 personas. Y la población desocupada asciende a 409.700 ciudadanos al primer mes.