El Banco de Pagos internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) señaló, en su informe económico principal, que la inflación ha comenzado a disminuir desde los máximos de varias décadas en casi todas partes, pero el trabajo de los bancos centrales está lejos de terminar. Destacó que, a pesar del endurecimiento de la política monetaria más intenso de los últimos tiempos, el último tramo del viaje para restaurar la estabilidad de precios será el más difícil.
Según el Informe económico anual de 2023 del BIS, los avances logrados hasta ahora en la lucha contra la inflación se deben en gran medida a la relajación de las cadenas de suministro y la caída de los costos de las materias primas.
No obstante, indicó que "los mercados laborales aún están ajustados y el crecimiento de los precios de los servicios ha resultado más difícil de controlar".
Existe un riesgo material de que se arraigue una psicología inflacionaria, en la que los aumentos de salarios y costes comiencen a reforzarse entre sí. "Es posible que las tasas de interés deban mantenerse más altas durante más tiempo de lo que espera el público y los inversores", se lee en el documento.
Por su parte, el director general del BIS, el mexicano Agustín Carstens, afirmó que "el desafío político clave hoy en día es controlar por completo la inflación y la recta final suele ser la más difícil".
"La carga cae sobre muchos hombros, pero los riesgos de no actuar con prontitud serán mayores a largo plazo. Los bancos centrales están comprometidos a mantener el rumbo para restaurar la estabilidad de precios y proteger el poder adquisitivo de la población", dijo.