“No necesariamente queremos [que nuestros empleadores] nos vean como familia, queremos que nos vean como trabajadoras, porque no estamos dando un servicio gratis, sino remunerado”, apunta Jessica Palomino (35), trabajadora del hogar desde hace más de 10 años y miembro del Sindicato de Trabajadoras Remuneradas y no Remuneradas del Hogar de Lima Metropolitana (SINTRRHAR).
Jessica cuenta que llegó a Lima desde Cusco con la idea de estudiar y trabajar, y pensó que realizando esta actividad podría tener un techo y alimentación, lo que le permitiría ahorrar. Cuando empezó, ganaba S/720 al mes, no tenía horarios definidos, y el trato, en los diferentes lugares donde trabajó, no siempre era el adecuado, pero sentía que no podía decir nada por temor al despido.
Recién este 2023 contará con un contrato de trabajo, el cual ha solicitado a sus nuevos empleadores y han aceptado. “Ellos también trabajan y prestan servicios”, comenta Jessica como uno de los motivos por los que considera que no recibió una negativa, como suele suceder.
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En el Perú, solo un 14% de las trabajadoras del hogar cuenta con un contrato, de acuerdo al Ministerio del Interior. Al 20 de marzo de este año, hay 8.802 contratos registrados en la plataforma del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), mientras que se conoce que hay más de 400.000 personas que realizan esta actividad, siendo el 96% mujeres.
Hoy que se conmemora el Día de las Trabajadoras y Trabajadores y del Hogar como cada 30 de marzo, Leddy Mozombite, secretaria general de la Federación Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar del Perú (Fenttrahop), recuerda que es feriado no laborable y remunerado para las personas que realizan esta actividad.
La dirigenta destaca que aunque la Ley 31047 está vigente desde el 2020, y cuenta con su reglamento, el protocolo de inspección de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) es deficiente.
“Ese protocolo no cumple con nuestras expectativas. El domicilio del empleador sigue siendo un domicilio privado, por lo que el inspector no puede ingresar”, anota Mozombite.
La falta de inspección y de difusión de los derechos laborales por parte de las autoridades hace que las trabajadoras tengan que conformarse con lo que les ofrecen.
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Patricia Rivas (46), de Arequipa, es trabajadora del hogar desde hace más de 20 años y es miembro de la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar Remuneradas del Perú (Fentrahogarp), y aunque conoce sus derechos ha aceptado la idea de que no podrá tener un contrato en el futuro.
“No quieren hacer un contrato porque me tendrían que dar gratificación y todo eso, y no les conviene. ‘Si deseas, sigue trabajando y si no, ahí no más’, te dicen”, comenta.
Patricia es casada y junto con su esposo aporta para sacar adelante a su familia y sus dos hijos que aún son estudiantes. Además, necesita el ingreso fijo para pagar el departamento que alquilan.
Otra miembro de Fentrahogarp, a quien llamaremos Cindy (27), sí cuenta con un contrato desde el 2018, en sus tiempos libres estudia Diseño Gráfico y está conforme con su trabajo actual, pero no siempre fue así.
Recuerda que una vez le descontaron S/400 por romper un pequeña pieza de una lámpara, de forma casual, cuando en ese entonces su sueldo era de S/800. Cindy destaca que conoce casos de mujeres que trabajaron más de 30 años y fueron despedidas en la pandemia sin ninguna indemnización ni retribución por su tiempo de servicio. “Como ya son adultas mayores, no encuentran trabajo tan fácil. ¿Quién reclama por ellas?”, finaliza.
Solo 4.682 trabajadoras del hogar están afiliadas a la ONP hasta octubre del 2022. La cifra revela que solo una de cada 100 trabajadoras contará con una jubilación, al menos en el sistema estatal, según la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar Remuneradas del Perú (Fentrahogarp).
“Qué será de la vida de nuestras compañeras cuando lleguen a la tercera edad. La Ley 31047 se promulgó para cumplirla, pero lastimosamente muchas empleadoras no acatan la norma y las empleadas del hogar no hacemos valer nuestros derechos”, señaló Adelinda Díaz, vocera de Fentrahogarp.
Del total de trabajadoras a nivel nacional, solo 40.000 están inscritas en Essalud.
Documento. El contrato se aplica para todas las modalidades de trabajo y debe ser escrito, de acuerdo a ley.
Beneficios. Las trabajadoras deben acceder a una remuneración no inferior al sueldo mínimo (S/1.025), gratificaciones y CTS. Descanso remunerado de 30 días al año.
Leddy Mozombite, Secretaria general de Fenttrahop
“Hasta ahora, Sunafil no ha logrado que las agencias de empleo pongan en una parte visible, como dice la ley, los derechos de las trabajadoras del hogar, tampoco que dejen de cobrar un porcentaje del sueldo”.
Infografía: La República