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Economía

Regiones del sur presentan un progreso social medio bajo

Estudio. índice de Progreso Social Regional elaborado por Centrum de la PUCP da cuenta que satisfacción de necesidades básicas, bienestar y oportunidades no es buena. Moquegua es la mejor ubicada.

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La obra debía tener una duración de 120 días, es decir, debería culminar a finales de agosto. Foto: Wilder Pari/URPI

Ninguna de las regiones del país tiene un progreso social alto. La pandemia de la COVID-19 hizo retroceder aún más a los departamentos en cuanto a la satisfacción de sus necesidades básicas humanas, al bienestar y a las oportunidades.

Este es uno de los resultados del Índice del Progreso Social Regional del Perú (IPSRP) del 2022 que desarrolló Centrum de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

De acuerdo a Luis Del Carpio, director de la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI) de Centrum, el progreso social es la capacidad que tienen las regiones para satisfacer sus necesidades. Tras el golpe de la pandemia en el 2021, las regiones retrocedieron en 5% en progreso social. Y este retroceso estuvo determinado en su mayoría por la disminución del acceso a conocimiento básico, a información y comunicaciones, salud y bienestar y calidad ambiental. Además de el empeoramiento de la nutrición, cuidados médicos y educación superior. En este 2022, el panorama ha mejorado muy poco.

Ranking

De acuerdo al estudio, la región Moquegua es la mejor ubicada en cuanto a progreso social con un índice del 61.1. En la cuarta posición aparece Arequipa y en la sexta Tacna, con 60 y 58.8 respectivamente. De acuerdo al ranking solo se considera un progreso de medio a muy alto cuando el índice está por encima de 65. Ninguna región peruana está en ese rango.

Cusco aparece en la décimo sexta posición, Apurímac en el lugar 23 y Puno en el 24. Las tres están en un rango bajo. (Ver infografía).

Del Carpio explicó que esta situación es un llamado de alerta, pues el índice nos dice que estamos mal. “La recuperación debe ser franca y rápida”, dijo.

Las desigualdades que existen en el Perú se pusieron de manifiesto en los resultados. Aunque Moquegua es la mejor posicionada en cuanto a progreso social en su conjunto, no es la que mejor satisfacción de necesidades básicas tiene. Este índice lo lidera Callao y Lima Metropolitana, mientras que Tacna, Arequipa y Moquegua, quedaron relegadas a la cuarta, quinta y sexta posición.

De igual manera ocurre en el índice respecto a los fundamentos del bienestar. Aquí Huancavelica es la líder. Del Carpio explicó que estos resultados tan diferentes se deben a que en este aspecto se midió salud y bienestar. “Resulta que aquellas regiones a las que llamamos desarrolladas o más avanzadas son las que padecen de más males, producto de la contaminación y de los excesos”, señaló.

INFO

Por eso Lima Metropolitana está casi al final de la tabla.

Sin embargo, las posiciones de las regiones no deben tomarse como tal, según el especialista. De acuerdo a su análisis, la conclusión es que como país, “estamos mal”. “En general, en el contexto internacional, tenemos serios problemas en educación básica, solo por citar un ejemplo”, refirió.

Oportunidades

Este tercer aspecto del estudio ubica nuevamente a Moquegua en la mejor posición. El director de OTRI de Centrum dijo que las regiones tienen la oportunidad de aprovechar su potencial, en cuanto a derechos, libertad personal, inclusión y acceso a la educación superior. En resumen, 13 regiones presentan un nivel medio bajo de progreso social y 13 regiones un nivel bajo.

Baja calidad de vida en comunidades

De acuerdo con profesor de investigación de Centrum PUCP, Luis del Carpio, Cusco tiene un gran brecha por cerrar en la atención de necesidades básicas como nutrición, vivienda y saneamiento básico que repercuten en una baja calidad de vida sobre todo en comunidades rurales.

En cuanto a bienestar, la situación de los hospitales como el Antonio Lorena agrava el índice de cantidad de personas sanas y atención. La educación tiene avances, las cifras en primaria llegan al 99% de asistencia, pero se reduce en secundario, con casi un 10% de estudiantes que desertan.