La inflación de la eurozona registró en noviembre la primera bajada en el último año y medio para situarse en el 10%, un primer respiro desde el inicio de la escalada de precios que, sin embargo, no permite a la moneda común abandonar todavía el umbral de los dos dígitos.
España, además, se sitúa como el socio de la zona euro con menor inflación en tasa armonizada, con un incremento de los precios del 6,6% en el último año, superando a Francia, país cuya inflación era hasta ahora la más baja y registró en noviembre 7,1%.
Los datos preliminares publicados por la oficina de estadística comunitaria Eurostat arrojan la primera desaceleración desde junio de 2021, cuando la inflación fue del 1,9% y después emprendió un camino al alza que condujo a la zona euro hasta el histórico 10,6% observado hace apenas un mes.
Este dato llega, además, apenas dos días después de una comparecencia de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, en el Parlamento Europeo, en la que la francesa aseguró que la inflación de la eurozona no ha tocado techo todavía y anticipó nuevas subidas de los tipos de interés, que se sumarán al incremento de 200 puntos porcentuales decretado desde verano, hasta el 2%.
“No vemos componentes o una dirección que me lleve a creer que hemos tocado un máximo de inflación y que bajará en el corto plazo”, dijo entonces la francesa ante los eurodiputados.
A falta de comprobar si esta desaceleración es transitoria o se confirma con nuevos retrocesos interanuales, el instituto emisor se encuentra entre el dilema de decretar una nueva subida de 75 puntos básicos —como las dos anteriores— o limitarla a 50 puntos.
Esta segunda opción es, por ejemplo, la propuesta del centro de estudios económicos de la universidad de Oxford, que augura una “disminución gradual” de la eurozona por el efecto “desinflacionario” de la energía y apuesta por un tono más moderado en la reunión de diciembre del Consejo de Gobierno del BCE.
Con todo, la energía sigue siendo el principal vector inflacionario en la zona euro, con un crecimiento en noviembre que roza el 35% pero que es siete puntos inferior a su cota más alta, registrada en junio de este año.
Los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco prosiguen, en cambio, su senda al alza y se encarecieron en el último año un 13,6%, un punto más que la tasa de octubre, mientras que los bienes industriales no energéticos registraron una inflación del 6,1% y el precio de los servicios creció un 4,2%.
Con información de EFE