La parlamentaria Patricia Chirinos, de la bancada de Avanza País, busca derogar el Decreto Supremo que permitirá elaborar la leche evaporada con leche fresca, a través de un proyecto de ley que ingresó el último 28 de abril a la Comisión Agraria, pero que fue exonerado de debate alguno y elevado al Pleno tal como se acordó en Junta de Portavoces. No obstante, la iniciativa no llego a ser revisada por la representación nacional debido a que los voceros de Perú Libre y Cambio Democrático retiraron sus firmas del acta.
Patricia Chirinos leche evaporada
Cabe precisar que el acopio de leche fresca, entre enero y febrero del 2022, por parte de la industria láctea, se ha reducido un 14%, respecto al mismo periodo del 2021; informó Carlos Lozada, director de la Dirección de Ganadería, del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), escenario que pone en riesgo la seguridad alimentaria del Perú si se continúa importando leche en polvo.
El 7 de abril del presente año, el Ejecutivo publicó el Decreto Supremo N.º 004-2022-MIDAGRI que autoriza el uso exclusivo de la leche fresca para la producción de leche evaporada. Con esto, se modificaba el Reglamento de la Leche, el cual estuvo vigente desde el 2017.
En primer lugar, la norma busca fomentar el incremento de la productividad del lácteo y la mejora de la calidad microbiológica del mismo.
De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el Perú produce 5 millones de litros diarios. Lozada refirió que una mayor productividad del lácteo solo se dará con un mejor pago a los productores lecheros.
Asimismo, el decreto exhortará a que las empresas tendrán que corregir la denominación de sus productos que no usen exclusivamente leche fresca.
En segundo lugar, no prohíbe la libre importación de la leche en polvo y la industria la podrá seguir utilizando en los diferentes productos lácteos.
En tercer lugar, busca establecer un nuevo estándar para la producción industrial y artesanal.
En contraparte, la propuesta de Chirinos alega que la normativa presentada degrada el nivel de la leche, al hacerla “más aguada” y que, consecuentemente, no aportaría “los nutrientes necesarios para el consumidor”. La premisa se basa en que la cantidad de grasas requeridas por las especificaciones técnicas de Midagri bajarían de 6,5 a 7,5 gramos, es decir, un gramo.
Además, relata que la norma dada por el Gobierno implicaría que “los costos de producción aumenten en toda la industria en tanto se tendrá que tomar medidas adicionales”, como, por ejemplo, invertir en mayor maquinaria de acopio de leche fresca, una mayor adquisición de esta del mercado nacional y la implementación de una logística más amplia a fin de cumplir con lo que la ley estípula.