La guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto en jaque la distribución del gas natural, del que muchos países de Europa dependen en gran parte por las exportaciones rusas.
Cabe precisar que el gas que llega a Europa desde Rusia se hace mediante la red de gaseoductos como Nord Stream, el cual se conecta de forma directa con Alemania por el mar báltico que pasa por Bielorrusia y Polonia; o el Pasillo Ucraniano, que atraviesa Ucrania.
También se uniría el Nord Stream 2, con la intención de incrementar el flujo del combustible, pero ha quedado en paralización luego de que Moscú reconociese la independencia de Donetsk y Lugansk.
El 40% del gas natural que importa la unión europea proviene desde Rusia, hablamos de 6.600 miles de millones de metros cúbicos, los cuales se distribuyen entre todo el bloque de los 27.
Así, de acuerdo con Statista, hasta el 2020, los países más supeditados a las ventas del gas ruso fueron: Bulgaria (77%), Alemania con un 49% de sus importaciones, Italia (46%), Polonia (40%) y Francia (24%); aunque eran superados por territorios como Letonia (93%), Finlandia (94%) y en un 100% por Moldavia, Bosnia y Herzegovina y Macedonia. En menor proporción lo fueron: Países Bajos (11%), Rumania (10%) y Georgia (6%)