Después de afrontar la caída de Facebook, WhatsApp e Instagram, considerada por Downdetector como la peor en la historia de internet, Mark Zuckerberg perdió más de 6.000 millones de dólares, una cifra que lo sacó del top 5 de la lista de millonarios de Forbes 2021. Un día después logró recuperar 2.400 millones de dólares, pero no su posición en el ranking. Actualmente se encuentra en el puesto seis y quienes le llevan la delantera son Ellon Musk, Jeff Bezos, Bernard Arnault, Bill Gates y Larry Ellison.
La ganancia que va configurando su patrimonio se redujo luego de que las acciones del gigante tecnológico cayeran un 5.26% en la bolsa de valores. Cuando la falla a nivel mundial logró superarse, Mark Zuckerberg emitió una disculpa pública para sus usuarios: “Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger están volviendo a estar en línea ahora. Perdón por la interrupción de hoy. Sé lo mucho que dependen de nuestros servicios para mantenerse conectado con las personas que quieren”.
Sin embargo, el desperfecto en los servidores no es el único factor que puso en aprietos a Facebook. Las acusaciones de Frances Haugen, extrabajadora del equipo encargado de proteger los procesos electorales en redes sociales, han dañado también la reputación de la marca. La denunciante filtró a la prensa norteamericana un conjunto de documentos para dar a conocer cómo la plataforma prioriza la búsqueda de provecho económico por encima del interés público.
Posterior a la publicación de esta información en The Wall Street Journal el último domingo, la ingeniera apareció en una entrevista para la cadena CBS. Ahí señaló “constantes conflictos de interés entre lo que es bueno para el público y lo que es bueno para Facebook”, donde la tecnológica “siempre escogía optimizar su propio beneficio”.
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Tras el parón tecnológico, los usuarios migraron hacia otras aplicaciones de mensajería instantánea como Telegram, Discord y Twitter, una red que registró uno de los mayores niveles de actividad. Incluso los responsables de Facebook usaron esta red social para anunciar que comenzaban a reconectarse: “A la gran comunidad de personas y empresas de todo el mundo que dependen de nosotros: lo sentimos”.
El crecimiento de flujo en estos espacios no solo dejó en desventaja a la empresa de Mark Zuckerberg, sino que constató la dependencia hacia las redes sociales. Mientras que el mundo necesite comunicarse, las empresas, cuestionadas o no, seguirán en marcha con alguna estrategia comercial.