El Perú es uno de los principales productores a nivel internacional de distintos metales gracias a la riqueza productiva y el potencial geológico de su suelo. Esta virtud le ha permitido contar con una histórica tradición minera, vigente por la presencia innovadora de grandes empresas internacionales.
El impacto positivo de esta actividad se refleja en diversos ámbitos y fortalece un soporte sostenible para la construcción de una comunidad igualitaria en oportunidades y con visión de progreso económico-social.
Para Paul Ruidías, gerente general adjunto de JRC, resulta “esencial” reflexionar sobre las propuestas que permitan al país reforzar sus vínculos con la minería, entendida como una de las principales propuestas de crecimiento y soporte económico. Para ello, consignó cinco aspectos fundamentales.
Una de las principales ventajas está directamente relacionada con el gran aporte que tiene en el crecimiento económico representado en el incremento del PBI, y en el superávit comercial y fiscal, que se complementa a una solidez macroeconómica.
Así, se genera un escenario ideal para la inversión privada para un sector que contribuye con alrededor del 60% de la exportación nacional.
Por otro lado, el sector también aporta en el desarrollo laboral nacional mediante la posibilidad de un trabajo formal a miles de peruanos, responsable de mejorar sus estándares de calidad vivencial.
En consecuencia, el incremento del empleo formal minero tendrá implicancia en la reducción de la tasa de pobreza nacional, orientado a la preservación del bienestar colectivo.
La responsabilidad social del sector minero resalta en su dinámica de desarrollo. Este sector reconoce que, tanto la salud como la educación, son ámbitos esenciales que deben ser visibilizados y atendidos con planes viables y de calidad.
De esta forma, se contribuye al cambio de conducta social positiva, a fin de fomentar el desarrollo de la comunidad. Por ello, se apuesta por implementar escuelas y centros de atención médica gratuita y de calidad para los pobladores locales.
Otro de los aportes esenciales de la minería responsable comprende la protección ambiental. Con la intención de reducir el impacto ecológico, se ofrecen respuestas integrales e inmediatas para el cuidado y conservación de los recursos naturales.
Por tanto, la minería se compromete con la preservación de la naturaleza, promueve proyectos de recuperación y rehabilitación de las zonas afectadas por la extracción, y promociona un entorno sano y seguro.
La minería promueve que, mediante la generación de cadenas productivas de bienes y servicios, se logre impulsar el fomento de las compras locales de los pobladores.
Esto permite que la población participe de la dinámica de ganancia y empoderamiento, que se inicia a raíz de la actividad minera. Al igual que la minera, las poblaciones locales cuentan con una ganancia propia, independencia económica y trabajo mejor valorado, en su mayoría autogestionado.
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