El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, acordaron hoy una nueva tregua en su guerra comercial. Washington frenó la imposición de nuevos aranceles a China y accedió a permitir que las empresas estadounidenses vendan productos a la tecnológica Huawei.
Durante una reunión de más de una hora en la ciudad japonesa de Osaka, donde ambos participaban en la cumbre del G20, accedieron a reanudar las negociaciones comerciales y aparcaron la amenaza estadounidense de extender sus aranceles a todas las importaciones chinas.
"Vamos a trabajar con China desde donde nos habíamos quedado, para ver si podemos llegar a un acuerdo", dijo Trump en una conferencia de prensa al término de la cumbre en Osaka.
Trump había amenazado con imponer aranceles de entre el 10 o el 25 % a unos 325 mil millones de dólares en importaciones chinas, lo que había alarmado a los mercados internacionales y a numerosas empresas en estadounidenses, que temían aumentos de precios en algunos de los productos más cotizados por los consumidores.
El acuerdo con Xi implica que esos gravámenes están fuera de la mesa por ahora, pero Estados Unidos mantiene en vigor sus aranceles a productos chinos por valor de 250 mil millones de dólares, y China conserva sus gravámenes a importaciones estadounidenses por 110 mil millones de dólares.
Trump también aseguró que China había accedido a comprar grandes cantidades de productos agrícolas de Estados Unidos, aunque Pekín ya asumió ese compromiso en diciembre pasado como parte del acuerdo para iniciar negociaciones comerciales que Trump y Xi alcanzaron en Buenos Aires.
Esas conversaciones se detuvieron en mayo, cuando Trump perdió la paciencia con China y subió del 10 al 25 % los aranceles a 200 mil millones de productos chinos, lo que llevó a Pekín a imponer tasas a productos estadounidenses por valor de 60.000 millones.
Las medidas estadounidenses contra la tecnológica china Huawei centraron buena parte de la negociación, puesto que Estados Unidos vetó este año la venta de componentes estadounidenses a esa tecnológica china y mantiene una orden de extradición contra su directora financiera, Meng Wanzhou, detenida en Canadá.
Trump afirmó en su conferencia de prensa que había acordado con Xi que las empresas estadounidenses puedan vender productos a Huawei, aunque después afirmó que el Tesoro mantendría una reunión en los próximos días para decidir definitivamente si levanta el veto a la entrega de componentes estadounidenses a Huawei.
El Tesoro incluyó a mediados de mayo a Huawei en una lista negra que impide a las empresas estadounidenses proporcionarles componentes originales sin la aprobación del Gobierno, por sospechar que la firma china, líder en el desarrollo de la tecnología 5G, pudiera aprovechar esos sistemas para el espionaje.
Como consecuencia, compañías como Google anunciaron que dejaban de prestar servicios tecnológicos a la empresa china, una situación que inquietó a millones de usuarios de teléfonos móviles en el mundo ante la incertidumbre por las futuras actualizaciones del sistema operativo Android.
Trump no aclaró hoy si el veto a Huawei se levantará por completo, al afirmar que los equipos cuya venta había acordado permitir serían aquellos que no presenten un gran problema de seguridad nacional.