La marcha atlética peruana sigue dando de qué hablar y la prueba de ello fueron los triunfos de nuestras representantes en el reciente Mundial por equipos. Una de las deportistas que tuvo una gran actuación fue Mary Luz Andía, quien se ubicó dentro del top 10 en la prueba individual y fue clave para que la delegación nacional obtenga la medalla de plata. Sin embargo, a pocos meses de su participación en los Juegos Olímpicos París 2024, la atleta afronta una complicada situación.
En diálogo con La República, la marchista de 23 años habló sobre sus inicios en el deporte, los problemas de salud mental que padeció en los últimos años, la discriminación por maternidad que sufrió y el motivo por el cual no logra acceder al Programa París 2024.
—¿Cómo fueron tus inicios y tu llegada a la marcha?
―Me inicié a los 14 años en el alto nivel. Yo soy de la provincia de Espinar (Cusco) y desde los 12 años comencé con marcha atlética en mi colegio. Desde ahí nunca cambié de prueba y sigo hasta ahora. A los 14 años salí de mi provincia. Mis papás me internaron en el centro de alto rendimiento de Arequipa y fui escalando hasta lograr resultados.
—Es un cambio difícil para una adolescente.
—No tenía ningún apoyo, solo de mis papás y mi familia. Ellos veían cómo invertir en mí económicamente. El deporte de alto nivel es carísimo. Yo llamaba a mi mamá para decirle lo que me hacía falta, ellos trataban de apoyarme y darme lo necesario. Gracias a mi esfuerzo, logré ingresar al Programa de apoyo al Deportista (PAD) del IPD.
En ese entonces, mi mamá vendía carnes en el mercado de allá y mi papá era mototaxista. Yo soy la mayor de tres hermanos y ellos no se abastecían con el dinero que ganaban. La verdad es que al inicio es donde más apoyo necesitan los deportistas. En mi caso, tuve que entrenar con lo que tenía: sin buenas zapatillas, suplementos o indumentaria deportiva. Valió la pena porque mi objetivo era superarme para ingresar al PAD y no molestar a mis padres. A los 16-17 años ya logré que el IPD me apoyara.
—El apoyo llegó muy cerca los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Previo a este evento también tuviste algunos problemas.
—No contaba con el apoyo de ninguna empresa privada… Hicieron conmigo un problemón. Yo era juvenil (18 años) y logré la marca para los Juegos Olímpicos (en el Campeonato de La Coruña). Eso ellos lo tomaron como una excusa, dijeron que era imposible que yo hubiera hecho la marca para Tokio y no me dieron el apoyo. Fue bastante duro pelear. Gracias a la prensa y las redes sociales, se logró solucionar. También se sumaron algunas empresas para apoyarme.
Mary Luz Andía logró la marca clasificatoria a París 2024 hace un año. Foto: IPD.
PUEDES VER: Sporting Cristal confirmó el duro diagnóstico de Yoshimar Yotún tras su lesión en la rodilla
—En varias entrevistas tocas el tema de salud mental y el deporte. ¿Podrías comentarnos desde tu experiencia personal?
—Yo me sentía muy contenta en ese entonces, pero decaí emocionalmente. Sacando conclusiones con el psicólogo y el psiquiatra, el mismo deporte de alta competencia llega a un punto en el que debes manejar mejor la presión y la ansiedad. Todos los días, de lunes a domingo, nosotros entrenamos los 365 días del año. Llegas a un punto que si no mejoras, te abruma todo.
Todos esperaban mucho de mí porque hice la marca tan joven y pronosticaban muchas cosas. Pero en ese entonces yo no sabía lo importante que era la salud mental. En mi caso, gracias a Dios y a mi hija, pude salir de ahí y seguir sobrellevando esta situación.
Llegas a un punto en el que te das cuenta… muchas personas decían mil cosas: que no iba a llegar a las próximas Olimpiadas, que era muy joven. El solo hecho de escuchar los comentarios en redes sociales, o de pesornas cercanas, te hacía pensar muchas cosas. Ahora que tengo 23 años, sigo mejorando y estoy más fuerte. Me costó como 2 años. Solo mantenía mis resultados, no bajaba mi marca e incluso quería retirarme. Yo en ese momento me quería retirar, pero mi hija me ayudó a curar muchas heridas y aquí sigo.
—¿Cómo te tomó la maternidad tan joven, compitiendo al más alto nivel, y qué complicaciones tuviste que pasar?
—Me topé con personas muy malas que me cerraron muchas puertas cuando nació mi hija. Por esa razón, yo no podía hacer publicaciones de mi embarazo. Yo tenía buenos resultados hasta que quedé embarazada. El IPD no podía quitarme el apoyo porque en papeles tenía el resultado que ellos pedían. El temor no solo fue ese, acá en el Centro de Alto Rendimiento de Arequipa me cerraron varias puertas. Conversando con mi entrenador y mi manager, decidimos no publicar nada hasta lograr un buen resultado. Yo dije: "Regreso del embarazo, hago la marca olímpica y presento a mi hija".
Al final, nosotros somos figuras públicas y siempre se van a enterar. Yo no tenía por qué esconder a mi hija. Siendo joven, logré varias cosas y no puedo decir que no tengo nada. He aprovechado mi juventud y adolescencia para lograr mis objetivos.
Cuando salí embarazada, jamás se me vino a la mente deshacerme de ella. En mi caso, yo soy independiente desde los 14 años, vivo sola en Arequipa y estaba a cargo de mi hermanita (ahora tiene 15 años). Yo estuve dos años con ella y dije: "Si yo puedo hacerme cargo de ella, de su colegio y todas las cosas de una niña, ¿por qué no?".
—¿No es injusto que tuvieras que afrontar esa situación, el no poder compartir la noticia de tu embarazo?
—A mí me dio más temor de perderlo todo porque tenía varios auspiciadores. Estando embarazada, me di cuenta de la discriminación a las personas embarazadas, y aún más si eres joven. Yo terminé mi carrera profesional de Educación Física el mismo año que quedé embarazada. Justo ese año era dejar el deporte de alto nivel para hacer mis prácticas… o no sé qué iba a hacer estando embarazada. No quería que los profesores me trataran de una manera inferior por estar embarazada. Yo ingresé al colegio sin decir que estaba embarazada, hacía las horas completas y entrené hasta el octavo mes de embarazo. Ellos nunca se dieron cuenta hasta que hice el baby shower, mi barriga era bien chiquita y me ponía poleras anchas. No me hubiera gustado que me traten como menos, yo me sentía capaz de hacer mis prácticas y pude terminar mi carrera
Fue así, también pasaron muchas cosas en el CAR. Sufrí discriminación total hasta que logré mi primera medalla panamericana con mi hija de 6 meses. Desde ahí cambió el trato y la discriminación que había aquí hacia mí. Yo demostré que siendo madre puedo tener los mismos resultados y aun mejores.
—Todo esto tuvo lugar mientras competías para lograr la marca a París 2024. ¿Cómo hiciste para sobrellevar la preparación y el cuidado de tu hija?
—Cuando mi hija tenía 9 meses, clasificqué al Sudamercicano, logré la marca mínima para París y el récord sudamericano. Siempre viajé con mi hija. Es muy cansado viajar con ella, pero yo estaba dispuesta a demostrarle a esas personas que sí se puede. Ellos me decían que tenía que retirarme "para cuidar a tu hija, es imposible que las mamás puedan, ni tu mamá ni tu papá están aquí para que la cuiden". Yo llevo a mi hija a todos mis entrenamientos, como mi pareja también es marchista (Luis Campos), nos turnamos al entrenar, en la terapia. Y así hasta que logramos clasificar al Mundial.
Demostramos que ser madre o tener un hijo no es un obstáculo; por el contratio, una motivación. Le demostramos a esas personas que viven en eras cavernícolas que sí se puede. Es un poco más sacrificado, pero sí se puede. Acá lo vengo demostrando (...) Es muy bonito cuando estás en casa, pero en los viajes, en los entrenamientos o terapia, no logras concentrarte al 100% en el deporte. Aun así, logré estar en el top 10 del mundo. En este Mundial no considero que me fue bien, mis entrenamientos eran para un mejor tiempo, pero en equipos logramos la medalla de plata. Vengo demostrando que sí se puede.
Hay que tener mucha paciencia porque a veces no descansas bien, son malas noches. Yo me arriesgo con mi hija. Por el tema económico no puedo llevar a alguien que la cuide; entonces, yo misma me encargo de los cuidados. Es más complicado porque los niños no se acomodan tan rápido. Lo dejo a las manos de Dios: si esa noche duermo genial, estaré tranquila; aunque a veces la niña se levanta y ya no descansa.
—En tu caso, ¿de qué forma se materializó la discriminación por maternidad que sufriste?
—Nosotros no tenemos ningún seguro como madres, dentro del deporte no hay. Es un seguro individual. Cuando quedé embarazada, no podía hacerme los controles, no cubrían los exámenes médicos, el parto, las ecografías. Todo eso tenía que costearlo yo. Si eres deportista y llegas a un punto en el que quieres ser madre y seguir en el deporte… si eres buena, lo vas a seguir. Entonces, esas cosas no te motivan.
Este año cambió en el tema del apoyo. El año pasado era obtener resultados cada 6 meses para mantener tu PAD, ahora es una vez al año, una medalla, para mantener un año tu PAD. Deberían tener un reglamento para que te apoyen de alguna manera. En caso de estar embarazada, que te apoyen por lo menos los 9 meses y que cuando nazca, te evalúen el primer año, pero no hay nada de eso. No soy la única mamá deportista. Hay muchas mamás deportistas que tuvieron que retirarse por el tema del apoyo. Uno se entera que estás embarazada, pasan 6 meses que no corres y chau el apoyo. Así era. Por lo menos ya aumentaron a un año el apoyo del PAD. Deberían incluir la maternidad en el deporte, no es nada malo.
En los Centros de Alto Rendimiento, gimnasios o estadios, no te deberían prohibir entrar con tu bebé. No tienen el derecho de hacerlo porque si quieres seguir entrenando, tienes los resultados... y si estás en lactancia materna, vas a ingresar con tu hijo. Claro que vas a llevar a una persona que lo cuide, pero no te pueden prohibir ingresar a los centros para que sigas entrenando. A mí me pasó que me cerraron muchas puertas.
A mí, en lo personal, me perjudicó emocionalmente muy fuerte. No lo podía creer. Me hacían ver que mi hija era un obstáculo, algo que yo no veía. Tenía rabia y motivación para demostrarles que sí se puede. Una vez que yo tuve resultados, ellos cerraron la boca y ya no podían prohibirme entrenar. Menos mal, después de que yo obtuve los resultados, no me dijeron nada. Recapacitaron y me dieron su apoyo. Se pudo solucionar y estamos abriendo las puertas para una nueva generación de madres deportistas, que no les pase lo mismo que conmigo. Eso me deja un poco tranquila.
Mary Luz Andía siempre viaja con su hija a las distintas competencias. Foto: Facebook/Mary Luz Andía.
PUEDES VER: Tony Alvarado, jugador de Universitario futsal, protagonizó tensa pelea en Mundialito de El Porvenir
—Hace poco mencionaste que no tienes el apoyo del Programa París 2024. ¿Qué pasó?
—En mi caso, no es que ellos me quieran cerrar las puertas. Hay un pequeño problema del Programa Tokio 2020. No sé cómo sacar los boletos de los pasajes de los JJ. OO. Ellos nos dieron el dinero para comprar los pasajes y no recuerdo dónde está el voucher o a quién depositamos el pasaje. El problema es mío y de mi pareja, pero nosotros estuvimos presentes compitiendo y está la marca en la World Athletics. Pero me dicen que los papeles mandan. Ese es nuestro problema, ellos no nos dicen que no hay presupuesto; sino que, mientras nosotros no arreglemos esos problemas, no podemos acceder al Programa París 2024.
Yo recuerdo que depositamos al Comité Olímpico, ellos se encargaban de comprarlos y nos enviaban los pasajes. En ese caso, era el mío y el del entrenador. Ellos me dicen que si no presentamos los boletos de los pasajes tenemos que devolver el dinero; si no devuelves, no hay apoyo. Estoy en esa situación y no tiene sentido porque nosotros estuvimos ahí. Pero los papeles mandan. Para los próximos olímpicos seguiré en esa situación hasta solucionar el problema.
Yo no he podido aprovechar el Programa París. Mis compañeras se movilizan con ese monto de apoyo. Yo he tenido que pagar mi propio pasaje, sacar de mi bolsillo, prestándome plata. Estuve en esa situación, que es un poco estresante, pero yo me equivoqué y tengo que aceptarlo. No sé donde está el boleto porque cambié de celular.
Espero que lo resolvamos pronto, tendré que invertir el PAD del IPD. Es poco lo que nos dan, pero debo invertirlo. Nosotros como deportistas estamos haciendo eso: invertimos más en nuestra preparación. Lo triste es que muy pocas empresas se interesan en nosotros. O se interesan un año y chau. Por esa parte, gracias a Kimberly, se abrieron más puertas, la prueba es más conocida y espero que las empresas nos apoyen durante el ciclo olímpico, que son 4 años... Espero que las empresas me salven por el Programa París.
—Con base en los triunfos que obtuviste en el reciente Mundial y los logros de deportistas como Kimberly, ¿estamos en condiciones de decir que Perú es una potencia mundial en esta disciplina?
—Sí se puede decir que Perú es una potencia mundial en marcha atlética. Es genial. Mi compañera estuvo a poco de la medalla (Evelyn Inga) y Kimberly García con su entrenador Chocho. Nosotras como peruanas nos sentimos muy contentas al ver que la preparación con nuestro entrenador también está funcionando. Esto de las Olimpiadas va a estar muy 'picante'. Esperemos que Perú esté en el podio, sabiendo que podemos estar entre las 3 o 5 primeras del mundo.
No me quiero imaginar… A Kimberly le tengo una total admiración, maneja muy bien la presión y está ratificando sus medallas de oro en los Mundiales. Nosotras venimos detrás de ella, escalando poco a poco, y esperamos llegar a su nivel. Estar ahí, dominando la élite mundial de la marcha.
—Sobre el presente de los marchistas en el Perú, ¿dónde crees que radica el principal mérito y qué se está haciendo para llegar a este nivel?
—Hemos optado por movilizarnos más en entrenamientos de choque y no solo quedarnos en altura. En mi caso, sí me quedo en Arequipa por el tema de la maternidad. No puedo estar con mi hija viajando a cada momento. A veces creo que por eso no estoy dando mi 100%. Lo ideal es hacer cambios de climas, hacer campamentos. Todo eso cuesta dinero, es carísimo, y en mi caso no puedo movilizarme porque el PAD no es suficiente.
El Programa París era perfecto para hacer ese tipo de entrenamientos, pero en mi caso no se va a poder. En este tiempo, opté por invertir más en los Juegos Olímpicos y espero llegar en buenas condiciones. Sé que el calor será infernal en París y debemos adaptarnos a ese clima. Tienes que entrenarlo en cada competencia.
—¿Cuál es el objetivo para París 2024?
—En lo personal, quiero llegar entre las mejores 5 del mundo. Ahora estuve en el top 10. Sé que implica mucha preparación. No me pongo límites en la cabeza, pero siempre un poquito pienso en los entrenamientos, mi hija y que no descanso bien… Bueno, nada es imposible y mi sueño es estar en el top 5 en París. Quiero estar ahí y si se puede subir al podio, sería genial.
Mary Luz Andía junto a Kimberly García y Evelyn Inga en el último Mundial. Foto: Facebook/Mary Luz Andía.
Hasta el momento, un total de 23 atletas peruanos ya aseguraron su presencia en los Juegos Olímpicos París 2024.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 se celebrarán desde el viernes 26 de julio hasta el domingo 11 de agosto. Aunque desde el día 24 de julio ya están programadas algunas competiciones. La Ceremonia de Apertura se celebrará el viernes 26 de julio, mientras que la de Clausura tendrá lugar el domingo 11 de agosto.