La miel es un endulcorante que ha sido utilizado por los humanos desde tiempos antiguos, ya que proporciona diversos beneficios. Una de las primeras culturas en aprovechar este producto fue la egipcia, que la implementaba en actividades enfocadas a la salud. Poco a poco, su uso se extendió a varios países del mundo, ya sea por sus propiedades o delicioso sabor.
No obstante, al momento de adquirirla hay que tener mucho cuidado, puesto que, en ocasiones, en el mercado, se pueden encontrar algunas falsificaciones o adulteraciones. Por este motivo, en esta nota, te contaremos algunos trucos para poder distinguir una miel natural de una artificial.
Es importante conocer que la miel de calidad es 100% natural, ya que el fabricante no incorpora ningún tipo de aditamento ni pasa por un proceso complejo al ser sacada de los panales. Sin embargo, en determinadas ocasiones, se puede calentar a altas temperaturas, proceso que se realiza para su pasteurización.
Por lo general, la miel que se encuentra en los supermercados no es 100% pura, ya que cuenta con varias alteraciones al producto original. En algunos casos, se rebaja su pureza con agua o siropes de no tan buena calidad. Además, se le añade azúcar refinada para que el sabor sea muy parecido al original, lo que genera un producto más económico.
Existen algunos trucos que el consumidor puede realizar para descubrir si el producto que compró es natural o cuenta con alguna adulteración. Aunque algunos se realizan de manera rápida, hay otros que necesitan un poco más de tiempo y elementos adicionales.
Al momento de querer comprar una miel, deberás de leer su etiqueta, puesto que ahí se colocan todos los ingredientes que componen el producto, por lo que descubrirás si te trata de algo original o artificial. Por lo general, las versiones adulteras incluyen jarabe de fructosa o glucosa, los cuales son azúcares refinados.
Hay que recordar que la miel no puede contener otro elemento y, en caso de haberle agregado algo, se debe indicar que no se trata de un producto 100% natural.
En el mercado, se puede encontrar una gran diversidad de marcas y colores de miel, unas que van desde un claro y brillante color amarillo, hasta uno un poco más oscuro y opaco. Pero, ¿cuál es el color original de la miel?
Al momento de adquirirla, deberás de optar por una que tenga un tono más oscuro, ya que de lo contrario, es probable que se trate de una que ha sido modificada para la venta. Además, la densidad juega un papel muy importante, ya que la original es más espesa que la procesada, y al final termina por cristalizarse en el empaque.
Para realizar este truco casero, basta con colocar un poco de miel en un vaso de agua caliente. Luego de esto, se revuelve por algunos segundos. En caso de que se disuelva por completo, se tratará de una artificial, mientras que si la mayoría se acumula en el fondo, es una natural.
Este es muy sencillo de realizar, ya que con la ayuda de un poco de vinagre, descubriremos de inmediato si la miel es 100% natural. En un poco del producto, se colocará vinagre, y si empieza a surgir espuma, significará que se trata de una procesada, puesto que la original no tendrá ninguna reacción.
En un trozo de papel, se pondrá un poco de miel. Luego de un tiempo, se observará la reacción que tuvo esta en la superficie. La adulterada mojará el lugar donde cayó, mientras que, la pura dejará un poco pegajosa la sección.