Pedro Mosqueira, más conocido como Pedro Mo, es el exponente del hip hop peruano más respetado y admirado, tanto a nivel local como internacional.
Aunque sus creaciones musicales han ido cambiando o evolucionando, teniendo como base el pensamiento crítico y el enfoque hacia una sociedad menos individualista, sus discos nos presentan canciones que se han convertido en himnos para los oyentes y conocedores.
Nació en Lima hace 35 años y ha vivido en distintos lugares, no solo de la capital o del Perú, sino en el extranjero; por lo cual tuvo que saber enfrentarse a los distintos contextos que se le presentaron.
Miraflores, Breña, Lince, Cuzco o Uruguay, son sitios por donde pasó Pedro Mo; sin embargo, hay un lugar especial en la vida del cantante y al cual ha regresado muchas veces y es Salamanca en Ate.
De igual manera que sus residencias, estudio en diversos colegios. Aunque él dice que no era uno de los alumnos más afanosos, le gustaban cursos como historia o literatura. Incluso, en algún momento, pensó profesionalizarse en periodismo o psicología, sin embargo, terminó enganchándose con el hip hop.
¿Cómo empieza tu inclinación con la cultura hip hopera?
He estado repensando eso últimamente y creo que es en una época donde medianamente los sonidos de radio, televisión y donde las influencias musicales ya estaban empezando a tener un toque urbano.
Control Machete, Molotov y entre otros, eran cosas que aparecían. Para esto, ya había pasado Mc Hammer o El Príncipe del Rap, pero aún estaban ahí, como una sucesión cultural.
Añadiendo, como mis influencias estaban Tiro de Gracia, Panteras Negras, KRS-One, Wu Tang Clan, Cypres Hill, Ana Tijoux, Arianna Puello y Doble V.
Pero es realmente cuando salgo a la calle y formo mi propia comunidad, mi propio grupo de amigos, a los 12 años, cuando me vuelco al hip hop y este se apodera de mí.
Antes de rapear, primero me acercó al baile y al graffiti. A veces pintaba con mi nombre, otras como Master. Me movía por Barranco, Surquillo, Miraflores, Lince o San Juan de Miraflores. Así empecé.
Hay grupos que hacen temas underground o románticos. En tu caso, desde tus primeros discos, en este caso “Proletario” en el 2005, se ve esa atmósfera anti sistémica, quizás con canciones como “Imperialismo yanqui” o “Soy el proletario” ¿Por qué decides hacer este tipo de hip hop?
Lo que pasa es que cuando yo comencé a hacer rap, no había mucha gente que denunciara cosas que estaban pasando.
Podías escuchar un disco de esa época y eran tres canciones de amor, cuatro del barrio, tres de mi ego y otras tirándole a otro rapero, pero no había contenido político, no se hablaba de lo que pasaba nuestra nación.
Creo que el rap es una herramienta con la que puedes llegar a los abuelos, niños, jóvenes, a la masa en general. Por ende, era necesario tocar temas que nos incluían a todos socialmente con situaciones que vivimos, sufrimos, sangramos o porque replanteamos las cosas. Esas eran las primeras propuestas en el disco Proletario.
Entonces, ¿busca Pedro Mo influir con sus canciones?
De repente. La idea es generar disidencia, crear espacios de reflexión. Algunas canciones son más directas, otras no usan metáfora porque son de denuncia como Juan Panadero que te cuenta una historia real.
A partir del 2007, trató de ser más acusatorio, más confrontacional. Está claro que con algunas canciones se busca crear sentimientos, reflexiones y hay otras que son ultra políticas, las que tratan de generar pensamientos de hartazgo y rebeldía.
¿Crees que el trabajo ha rendido frutos?
Sí, siento que pertenezco a esa rama del movimiento del hip hop que en una época ni siquiera tenía un lugar en las movidas. Nos decían que no deberíamos mezclar el rap con la política, por lo que nos cerraban espacios, se reían de nosotros o simplemente nos marginaban.
Cuando comenzamos a colectivizar esta idea de hacer hip hop político, hip hop protesta, hip hop organizado, hip hop combativo, se creó una mística que se multiplicó.
Fuimos un primer núcleo en el 2007, con la Juventud Maldita, y de pronto en el 2010 ya éramos tres o cuatro colectivos. En el 2012 pasamos a ocho, el 2014 a 17 y de ahí vino La Ley Pulpín, el Bloque Hip Hop, organizaciones mayores.
Después de todo ese camino, ahora ya existe un segmento del hip hop nacional que tiene como propuesta hacer música con pensamiento crítico, con denuncia y que, incluso, muchas veces hace falta en otros países.
Con respecto al movimiento hip hop en Perú ¿Cuál sería la crítica constructiva que darías?
Hay que volver más a la organización, los antiguos hemos regalado un poco la movida a la industria, no hemos sabido cómo construir.
A veces hemos sido medios irreverentes a la hora de no cobrar correctamente por nuestro trabajo. Es bien difícil que la gente siga viviendo de esto si se arman conciertos de cinco soles y la gente te quiera pagar dos o tres, porque no están valorando todo lo que hay detrás.
Ahora es otro contexto con el que tenemos que lidiar, pero hay que seguir peleando por los espacios, que no sean solo lugares con el discurso hegemónico del capitalismo, sino que tengan una propuesta alternativa, más de conciencia.
Con respecto a otros espacios alternativos ¿continúas trabajando en actividades comunitarias?
Sí, este año estamos con Palenque Hopper en Manzanilla, que es una organización comunitaria para la cultura donde se da educación del folklore y hip hop. Ahora en verano retomamos con fuerza.
Luego, estoy en Somos Barrio, en Salamanca, donde hay talleres, cine comunitario y actividades que orientan a las personas a reencontrarse con sus raíces. En diciembre ya me colocó netamente ahí con miras a las vacaciones, que es cuando la gente sale bastante a los parques.
Después estamos en la Escuela Rebelde Saturnino Huillca. Aquí, junto a varios colectivos, se hacen eventos, círculos de estudio que va entre lo cultural y político.
¿Cómo piensa cerrar Pedro Mo este año y que se viene el próximo?
Este año estoy botando temas que lancé el 2016 en México con Bungalo Dub, así que cuando salga el último single se pondrá como disco.
En febrero del año que viene sale Urku Runa, el segundo disco que estoy trabajando con Retal. Y a mediados sale Qhapaj Ñam, un compilado con gente de toda Latinoamérica y es así como estoy cerrando mis 20 años de rap.
Para los que no conocen ¿de qué va el festival?
Nuestra propuesta es brindar el hip hop como una herramienta de transformación personal y colectiva frente a otros grandes festivales que no tienen ninguna dirección.
Nosotros nos proponemos recuperar una identidad, hablar de temas como el ambiente, de los pueblos originarios, del género dentro de nuestra propia movida, todo esto enfocado al pensamiento crítico. Música, cultura, identidad y conciencia.
¿Cuál es el objetivo que tienen en esta segunda edición?
Por un lado, que crezca este movimiento inteligente del hip hop, que la cultura vaya de la mano del pensamiento crítico.
Además, las ganancias irán destinadas a diversos espacios comunitarios. Por ejemplo, si tenemos 5000 soles, ese monto se dividirá en cinco proyectos, de esa manera estamos apoyando a la gente de barrio, que pasa por problemas económicos muchas veces, y así reforzar las actividades socio-culturales que se realizan ahí.
¿De qué manera puedes considerar que el festival pueda influenciar en el asistente”post-evento”?
El festival tiene 8 talleres que brindan herramientas comunicacionales con temáticas como identidad de pueblos originarios, de energía renovable, del ambiente o de género.
Cada taller te da la posibilidad para que tú puedas involucrarte y hacer un fanzine, cartonear un libro, stop-motión, conocer o aprender del quechua, entre otros.
De acuerdo a lo mencionado, del evento te llevas herramientas para que puedas comenzar a ponerlos en práctica de por vida, no solamente la semana que viene.
En conclusión, además de la experiencia cultura y la calidad musical, con todos los grupos que se presentan, te llevas conocimientos.
El Festival Túpac Amaru es un evento cultural del hip hop organizado que reúne a distintos artistas con el fin de reivindicar esta cultura con raíces y orígenes ancestrales, para lo cual se han basado en la autogestión y cooperativismo.
El evento lleva el nombre del caudillo indígena y líder de la mayor rebelión anticolonial que se dio en Hispanoamérica, Tupac Amarú, al que los organizadores y participantes buscan rendirle tributo.
Este año, el festival contará con más de 40 artistas nacionales e internacionales.
Dentro de los artistas locales se encuentran Mente CPV, La Prinz, Colectivos Awqa Puma, Inka Ranks, Compas Marginal, Pounda y Nomodico, Imperfecto (Ayacucho), Involucrado (Tacna), Gian Mc (Trujillo), Razzo (Arequipa), entre otros.
Entre los artistas del extranjero contarán con la participación de Portavoz y Dj Jopsen de Chile, A2h de Ecuador, Rebeca Lane de Guatemala y El Rebelde de Colombia.
El evento se realizará este 2 y 3 de noviembre en el Palacio del Inca, Cercado de Lima.
Para más información de este evento cultural, puedes acceder a este enlace.