Los "Guardianes de la galaxia" marcaron un antes y un después en el Universo Cinematográfico de Marvel desde su primera aparición bajo la dirección de James Gunn. No tanto por su relevancia dentro de la historia, sino por su propósito: ser el único alivio cómico de la franquicia que no fuera el placer culposo de nadie. Ahora, su tercera y última película llegó a cines para convertirse en el salvavidas del MCU, que venía en caída libre desde el final de su fase 4.
"Doctor Strange 2" y "Spider-Man: No way home" fueron los primeros manotazos de ahogado que parecían enderezar el barco a través del multiverso y sus infinitas posibilidades con destino al clásico moderno "Secret wars". Sin embargo, "GOTG" solo necesitó una realidad de 14.000.605 para darles una irrepetible e inigualable historia a sus protagonistas: Drax, Gamora, Rocket, Groot y Star Lord; "un montón de inútiles e inadaptados" que terminaron siendo tan o más queridos que los propios Vengadores.
Desde siempre, las películas de GOTG gozaron de un plantemiento irreverente, personajes extravagantes, locaciones extraordinarias, aventuras intergalácticas, colores vivos y un tono cómico para toda la familia. En palabras de James Gunn, se trata de "una ópera espacial con un toque de magia llena de corazón" que rinde homenaje a "Star wars". Pero así como a la franquicia que le inspiró, la saga de Marvel también tomó un sendero más oscuro y acorde a la trama que se desenvolvía para cerrar con broche de oro, entre risas y lágrimas.
En el final de trilogía de "Guardianes de la galaxia", Rocket y los ecos de su turbulento pasado cobran mayor protagonismo. Mientras él lucha entre la vida y la muerte, todo el equipo se dispone a salvarlo en una peligrosa misión contra el 'Alto Evolucionador'. A diferencia de Loki, Thanos y Killmonger, este nuevo villano se presenta como un verdadero ser cruel y despreciable que adentra a los personajes a los rincones más sombríos de la franquicia.
En este tramo, el pasado del querido mapache se roba las lágrimas por tocas temas poderosos como la experimentación animal y trata de seres vivos. El cineasta no titubeó a la hora de plasmarlos, pero era justo y necesario para comprometerse con el mensaje de fondo. Sorprendentemente, estas escenas dramáticas logran coexistir con las cómicas sin que ninguna se vea perjudicada. Termina siendo un zigzag de emociones fuertes, de ritmo imparable y, aun así, con tiempo necesario para procesarlos.
Así como en "Suicide squad", James Gunn presume nuevamente su dominio de varios personajes en escena, dándoles a todos el tiempo para brillar, pese a que Rocket sea el eje central de la película. Todos estos rechazados encuentran su propio camino y este final no podía ser más satisfactorio luego de verlos por nueve años convirtiéndose poco a poco en una verdadera familia.
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"Guardianes de la galaxia 3" presentó a dos nuevos personsajes: Adam Warlock (Will Poulter) y Alto Evolucionador (Chukwudi Iwuji). Foto: composición/Marvel
Quizá el mayor aprendizaje que trajo el director del Escuadrón Suicida fue esa ambición para arriesgarse en contar la historia bajo sus propios términos. Los escenarios se sienten más grandes y menos acartonados, la soltura con la cámara corta la rigidez automatizada del MCU y la violencia se luce en las escenas de acción mejor coreografiadas de la saga.
La banda sonora, sello de la casa, no podía ausentarse. Aunque a veces ocupa más presencia de la debida, no es ningún problema para dejarse llevar en esta última aventura que ha valido mucho la pena y espera.