Uno no está completamente preparado para cierto tipo de películas que regalan otra perspectiva de la vida. “Matrix”, “Paprika” e “Inception” son algunos de estos raros ejemplares. Ahora es “Everything everywhere all at once” la cinta que nos ha impresionado por expandir los horizontes con grandilocuencia, un ritmo endiablado y sin perder nunca el eje sobre los personajes. El apadrinamiento de A24 fue su sello de garantía y su éxito es un reconocimiento de su calidad.
Como indica su sinopsis, Evelyn (Michelle Yeoh) es una inmigrante china insatisfecha con su vida luchando para evitar que su mundo se le venga encima. Como si esto fuera poco, una ruptura interdimensional amenaza con destruir el multiverso y ella es la única capaz de salvar la existencia. Así es como inicia su fascinante odisea e inesperado descubrimiento del sentido de la vida. Esta es la aventura que ni la protagonista ni los espectadores sabíamos que necesitábamos y ahora no podemos dejar de pensar en ella.
Sin mucho preámbulo, “Everything everywhere all at once” nos sumerge de lleno en la teoría del multiverso y muchas conceptos complejos. Pese a ello, uno no puede evitar caer rendido y maravillado por el verdadero drama humano de fondo. Es muy difícil no simpatizar con este y sorprenderte con la forma cómo lo enlazan. Los deslumbrantes adornos y apabullante fuerza de una superproducción están presentes, pero igualmente el corazón. Un brillante ejemplar del mejor cine contemporáneo que rehúye de la mediocridad y aprovecha todo su potencial.
Lo que en un inicio parece un sinsentido, al final podemos apreciar como cada detalle estaba pensado rigorosamente como parte de un apoteósico todo. A estas alturas, la pregunta ya no es si ver la película, sino: ¿cuántas veces debería hacerlo? Ya sea para captar todos los detalles o sobrecogerse con su abanico de emociones, es una experiencia inagotable, única y original que nadie debería perderse.
"Todo en todas partes al mismo tiempo" llegó este mes de junio a Perú y otros países de Latinoamérica. Foto: A24