Tras los eventos de Avengers: endgame, Loki tuvo una segunda oportunidad para brillar en su serie propia y demuestra por qué es el personaje secundario más querido del MCU. Donde WandaVision falló al querer abarcar mucho y The Falcon and the Winter Soldier terminó siendo un capítulo relleno, el programa prioriza a su protagonista en una historia llena de importantes ramificaciones.
Como dicta la sinopsis, Loki es llevado ante la organización llamada Autoridad de Variación Temporal (TVA) por crear una realidad alterna donde escapa de su muerte a manos de Thanos. Entonces, tiene dos opciones: enfrentarse a la eliminación de su existencia o ayudar en la captura de una amenaza mayor con viajes en el tiempo de por medio.
Claro que es más pausada de lo que esperas, pero no es una sorpresa considerando que Marvel convierte una búsqueda implacable en un simpático juego del gato y el ratón. Más temprano que tarde, la cacería se convierte en un viaje de autodescubrimiento en la que más de un fanático se sentirá identificado y con suerte podrá encontrar su propósito al igual que el protagonista.
Lamentablemente, Marvel Studios funge como TVA para podar las posibilidades extraordinarias que presenta la premisa y evita que el impredecible Loki aproveche a gusto los elementos a su disposición: viajes en el tiempo, paradojas y multiverso. No goza del ingenio ni potencial consumado de Dr. Who. En cambio, la serie ofrece una exploración al alma del protagonista y una simpática travesía por la que valió la pena esperar una semana por cada episodio
Aún con sus limitaciones, la serie se las apaña para complacernos hasta un quinto capítulo apoteósico. Tras esto, el desenlace no mantiene esa nota alta y suspende el impulso que la ficción había conseguido. Todo se reduce a un parloteo donde los dilemas se ven empañados por la falta de nervio y lo predecible de su desarrollo. Así nos queda claro que la emoción está en la persecución, mas no en la captura de un antagonista pasivo que no nos produce nada ni con su muerte.
Loki es protagonizada por Tom Hiddleston y Sophia Di Martino. Foto: composición/Disney/Marvel Studios
En el fantástico recorrido yacen los mejores recuerdos: el libre albedrío chocando contra el determinismo, Loki convirtiéndose en un rebelde con causa, la prueba de que no hay travesura sin víctima (Mobius), el romance con Sylvie, el secreto desvelado de la TVA, la variante clásica clamando su glorioso propósito y el consuelo de que Kang será el villano de la segunda temporada.
Ahora, nos queda la esperanza de que la siguiente entrega explote mejor las cartas sobre la mesa y muestre sin reservas las ramificaciones del primer acto. Al menos en este sentido, el programa sí adquiere relevancia como una importante pieza para la fase 4 del MCU y el caos al que se verá inmerso a causa del multiverso desatado.
Tom Hiddleston regresará como Loki en su propia serie. Foto: Marvel Studios
Loki, interpretado por Tom Hiddleston, ha brillado con luz propia en cada aparición del MCU. Todavía siendo un personaje secundario, su historia fue trazada con inteligencia y se convirtió en uno de los más queridos por mérito propio. Tras su impactante muerte e inesperada segunda oportunidad en Avengers: endgame, podemos afirmar que a ningún otro la muerte le ha sentado tan bien.
A diferencia de Black Widow ‘el premio consuelo disfrazado de homenaje’, Marvel Studios sí le hizo justicia a Loki y demuestra que ahora las series para Disney+ son el escenario idóneo para desarrollar a estas personalidades que cuentan con mucho potencial y no encuentran el espacio que ameritan en la pantalla grande. Al final, la historia -que supuestamente no debía existir- terminó siendo una aventura imperdible para los fanáticos del protagonista y la franquicia, mas no ajenos o avezados de la ciencia ficción.