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Ciencia

El iceberg más grande del mundo que se desprendió en 1986 y sigue girando en medio del Océano Antártico

A23a, un témpano de hielo de 3.675 kilómetros cuadrados, permanece dando vueltas sobre sí mismo. El hecho fue captado en un video del programa de monitoreo Copernicus.

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El iceberg no tiene una estructura homogénea, ya que algunas de sus secciones son más gruesas que otras. Foto: HCH.

Un iceberg de dimensiones colosales, conocido como A23a, ha captado la atención de científicos y curiosos por su inusual comportamiento en el océano Antártico. Desde su desprendimiento en 1986, este bloque de hielo de 3.675 kilómetros cuadrados ha permanecido girando en un vórtice, desafiando las expectativas sobre la vida útil de los icebergs. Su historia y características han sido documentadas por el programa de monitoreo Copernicus, que ha proporcionado imágenes impactantes de su movimiento.

El iceberg A23a, que se encuentra en el mar de Weddell, ha sido objeto de estudio por su resistencia y peculiaridad. A pesar de que los icebergs suelen fragmentarse y derretirse, A23a ha logrado mantenerse casi intacto durante décadas. Este fenómeno, que derivó en el desplazamiento de la masa de hielo flotante entre noviembre de 2023 y enero de 2024, ha llevado a los expertos a investigar las razones detrás de su estabilidad y su inusual rotación en medio del océano.

Un gigante en el océano: el iceberg A23a

El iceberg A23a se desprendió de la plataforma de hielo Filchner-Ronne en 1986 y ha estado a la deriva en el océano Atlántico Sur, específicamente en el mar de Weddell, una de las regiones más frías del planeta. Este mar es conocido por su alta concentración de hielo marino, lo que contribuye a la formación y permanencia de grandes masas de hielo.

El A23a tiene unas 3 veces el tamaño de la ciudad de Nueva York y más de 2 veces el tamaño de Londres. Foto: Euronews.com.

Este movimiento de A23a, una de las grandes plataformas de hielo de la Antártida, ha sido objeto de seguimiento debido a su potencial impacto en el nivel del mar. Según el geólogo Mark Brandon, su trayectoria podría influir en los patrones climáticos de la región en los próximos años.

El misterio de su rotación: el vórtice del Banco de Pirie

Una de las preguntas más intrigantes sobre A23a es por qué este iceberg permanece girando en el mismo lugar. La respuesta se encuentra en un fenómeno físico conocido como vórtice, descubierto por el físico Geoffrey Ingram Taylor. Este fenómeno ocurre cuando una corriente oceánica se encuentra con un obstáculo en el fondo marino, lo que provoca que el agua se divida en dos flujos distintos y genere una masa de agua en rotación.

En el caso de A23a, una protuberancia de 100 kilómetros de ancho en el fondo del mar, conocida como Banco de Pirie, actúa como el obstáculo que mantiene al iceberg atrapado en su vórtice.

El iceberg A23a: el experimento de Mike Meredith

El oceanógrafo Mike Meredith, del British Antarctic Survey, ha llevado a cabo un experimento para comprender mejor el comportamiento de A23a. Colocó una boya científica en una columna Taylor, al este del Banco de Pirie, que permaneció girando durante cuatro años.

Este experimento proporciona información valiosa sobre la dinámica del agua en la región y cómo afecta a los icebergs. A diferencia de otros icebergs que se desprenden, A23a ha mostrado una notable resistencia al deshielo, lo que ha sorprendido a los investigadores.

Impacto del calentamiento global en los icebergs antárticos

El calentamiento global ha tenido un efecto significativo en la estabilidad de los icebergs y las plataformas de hielo en la Antártida. Según el IPCC, entre 2002 y 2020, la región perdió aproximadamente 2.720 gigatoneladas de hielo, contribuyendo a un aumento del nivel del mar de alrededor de 7,6 milímetros.

En la Antártida cada año se registran temperaturas más extremas, advierten desde la ONU. Foto: Naciones Unidas.

Este deshielo acelerado ha sido especialmente notable en la Antártida Occidental, donde las plataformas de hielo son más vulnerables. A medida que las temperaturas globales continúan aumentando, la inestabilidad de los icebergs se convierte en una preocupación creciente para los científicos y responsables de políticas ambientales.