Un reciente estudio científico advierte que, si la especie humana persiste hasta entonces, el entorno resultante será hostil para los mamíferos, incluidos los humanos. Este fenómeno, que ha ocurrido en la historia de nuestro planeta en varias ocasiones, se prevé que culmine en aproximadamente 250 millones de años. La investigación liderada por el geólogo Alejandro Farnsworth, de la Universidad de Bristol, revela que la unión de América con África, Europa y Asia dará lugar a lo que se denomina ‘Pangea Última’.
El estudio, publicado en la revista Nature Geoscience, destaca que la formación de este supercontinente podría convertir a la Tierra en un lugar inhóspito para los mamíferos, alterando las condiciones ambientales que han permitido su dominio en los últimos 55 millones de años.
Se estima que en unos 200 a 300 millones de años, las placas tectónicas podrían reunirse nuevamente, formando un único continente, similar a la Pangea original, que existió hace unos 335 millones de años. Foto: Speculation Evolution Wiki
Las proyecciones indican que el desplazamiento de los continentes generará una intensa actividad volcánica, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera. Este aumento en los niveles de CO₂ podría elevar las temperaturas en la superficie terrestre hasta alcanzar los 40 °C, superando los límites fisiológicos de la mayoría de los mamíferos.
En este contexto, se estima que el porcentaje de la corteza continental habitable para los mamíferos se reducirá drásticamente del 68% actual a solo un 8% en el futuro, limitándose a regiones costeras y polares. Este cambio radical podría desencadenar una nueva extinción masiva, afectando no solo a los mamíferos, sino también a la vida vegetal y a otros organismos.
El estudio también señala que, además del aumento de temperatura, se prevé un incremento en la radiación solar, ya que el Sol será un 2,5% más luminoso en ese período. La falta de humedad resultante afectará la cantidad de sílice en los océanos, un compuesto crucial para la eliminación del CO2 de la atmósfera.
Los investigadores advierten que el escenario podría ser aún más catastrófico, ya que su análisis se centró únicamente en la evolución climática, sin considerar las emisiones de carbono provocadas por la actividad humana. Esto sugiere que las condiciones podrían ser más severas de lo anticipado.
La Tierra ha experimentado varias formaciones de supercontinentes a lo largo de su historia geológica. Foto: chatgpt
A pesar de las sombrías proyecciones, la habitabilidad de Pangea Última dependerá en gran medida de su ubicación en el globo. En el modelo de Farnsworth, el supercontinente se formaría en el ecuador, donde las temperaturas son más cálidas. Sin embargo, otros modelos sugieren que podría fusionarse cerca del Polo Norte, donde las condiciones frías podrían favorecer la vida.
La geóloga Hannah Davies, del Centro Alemán de Investigación de Geociencias, sostiene que la extinción total de las especies no es un resultado inevitable. Aunque el futuro parece desafiante, la vida podría encontrar formas de adaptarse a las nuevas condiciones. "Es un poco deprimente", concluyó, refiriéndose a los retos que enfrentará la vida en el futuro.
La desintegración de Pangea, un evento que ocurrió entre 300 y 250 millones de años atrás, dio origen a los seis continentes actuales. La historia de la Tierra está marcada por estos ciclos de formación y fragmentación de supercontinentes, y Pangea Última será un capítulo más en esta narrativa geológica.