Un reciente descubrimiento científico ha identificado a un animal que desafía los efectos tóxicos del alcohol de una manera extraordinaria. En condiciones experimentales, la especie fue expuesta a una solución de etanol al 80%, un nivel extremadamente alto que sería letal para cualquier otro organismo. Los investigadores se sorprendieron al observar que la criatura mantuvo un comportamiento normal y, además, su esperanza de vida no se vio afectada.
El hallazgo, presentado en la revista científica PNAS, plantea interrogantes sobre cómo el metabolismo de esta especie se ha adaptado para procesar concentraciones tan elevadas de alcohol. Al analizar sus características biológicas, los investigadores sugieren que su resistencia podría estar ligada a factores genéticos y a una relación simbiótica con microorganismos.
El animal en cuestión es la avispa oriental (Vespa orientalis), una especie social que habita en climas cálidos de Asia y el Mediterráneo. Su dieta incluye néctar y frutas maduras, en particular uvas, alimentos que naturalmente desarrollan etanol durante el proceso de fermentación. Debido a esta alimentación, la especie ha desarrollado una notable capacidad para consumir alimentos fermentados sin consecuencias adversas.
Durante el estudio, los científicos sometieron a las avispas a diversas pruebas para comprender la magnitud de su tolerancia. Los insectos demostraron un comportamiento estable y no presentaron signos de embriaguez ni efectos nocivos. Las observaciones llevaron al equipo a examinar las posibles causas genéticas y fisiológicas de esta extraordinaria resistencia.
La avispa oriental incluye varias frutas en su dieta. Foto: Guillermo Vasquez / Flickr
La resistencia de la avispa oriental al alcohol se atribuye a una particularidad genética única. Los estudios revelaron que esta especie cuenta con múltiples copias de un gen especial, conocido como NADP+, que facilita el metabolismo del etanol. Este gen permite que la avispa descomponga el alcohol a una velocidad acelerada, reduciendo al mínimo su toxicidad. Al metabolizar el etanol de manera tan eficaz, la avispa logra evitar los efectos negativos que otros animales sufrirían al consumir tales niveles de alcohol.
Además, se ha observado que esta tolerancia podría estar relacionada con una relación mutualista entre las avispas y ciertos microorganismos, como la levadura Saccharomyces cerevisiae, que habita en su sistema digestivo. La levadura produce etanol en frutas maduras y podría beneficiarse de la avispa, utilizándola para colonizar nuevos alimentos. A cambio, este insecto se beneficia al consumir alimentos ricos en energía, gracias a la descomposición del etanol, sin experimentar efectos secundarios.
El consumo de etanol suele tener efectos perjudiciales en la mayoría de las especies. Aunque muchas incluyen frutas fermentadas en sus dietas, pocas pueden metabolizar el alcohol sin consecuencias. En animales como la musaraña arbórea y la mosca de la fruta, la ingesta de etanol a niveles superiores al 4% produce daños a nivel de comportamiento y salud. La musaraña, por ejemplo, desarrolla graves daños hepáticos cuando consume más de un 10% de etanol en condiciones de laboratorio.
En contraste, la avispa oriental desafía estos límites conocidos al soportar concentraciones casi diez veces superiores. El caso plantea una adaptación evolutiva única que permite a la avispa beneficiarse del etanol como una fuente de energía, mientras otras especies no pueden tolerarlo sin efectos graves. Los investigadores señalan que este descubrimiento podría servir como modelo para comprender mejor los mecanismos de tolerancia al alcohol y aportar información valiosa en estudios sobre el consumo de alcohol en seres humanos.