Científicos descubren un animal que puede estar 11 años sin moverse ni comer: viven hasta 58 años
Un estudio de zoólogos ha revelado que una especie de salamandra, puede permanecer inmóvil durante más de una década, desafiando las expectativas científicas.
Un equipo de científicos han identificado a una salamandra, conocida como proteo, que lleva más de 11 años sin moverse ni alimentarse. Este increíble hallazgo se realizó en una cueva de Bosnia Herzegovina, donde los zoólogos han estado observando a estos animales durante más de una década. Según los investigadores, este anfibio puede sobrevivir largos periodos de tiempo inmóvil, sin necesidad de huir ni buscar comida, gracias a sus sorprendentes adaptaciones biológicas.
El proteo es un anfibio que vive en entornos aislados y tranquilos, como las cuevas, donde no enfrenta depredadores. A lo largo de los años, los científicos han marcado a varios de estos animales con tintes inocuos para estudiar sus movimientos y comprender mejor su comportamiento. Los resultados de este estudio, publicados en la prestigiosa Journal of Zoology, destacan que uno de los proteos no se ha desplazado en más de 4.000 días, algo que ha dejado perplejos a los expertos.
Una salamandra que desafía la ciencia: 11 años sin moverse
El proteo observado en Bosnia desafía todo lo que los científicos conocían sobre el comportamiento de los anfibios. Este estudio, iniciado en 2013, permitió al equipo de zoólogos marcar a 26 proteos y seguir sus movimientos en un área de 350 metros. Normalmente, esta especie recorre unos cinco metros al año, lo que ya es una distancia reducida. Sin embargo, uno de estos ejemplares ha roto todas las expectativas al permanecer inmóvil por más de una década.
El estudio realizado por zoólogos reveló que uno de estos anfibios no se ha movido en más de 4.000 días. Foto: Getty
A lo largo de los seis años que duró el estudio, los investigadores visitaron la cueva de Vruljack cada tres meses para registrar la posición de los proteos. Mientras que la mayoría se desplazó en su entorno, aunque lentamente, este anfibio en particular no mostró signos de movimiento, un fenómeno que asombra a los biólogos. Estos animales suelen vivir hasta 58 años, lo que permite periodos prolongados de inactividad sin consecuencias fatales.
Adaptaciones del proteo: sobrevivir sin moverse ni alimentarse
El proteo ha desarrollado adaptaciones excepcionales que le permiten sobrevivir en condiciones extremas. Este anfibio no tiene necesidad de moverse para encontrar alimento, ya que se alimenta de insectos y caracoles que se le acercan. En situaciones extremas, incluso puede nutrirse de sus propios tejidos, lo que le permite sobrevivir hasta una década sin comer. Además, su metabolismo extremadamente lento reduce su consumo de energía al mínimo, una habilidad clave para sobrevivir en su entorno subterráneo.
El proteo reduce su actividad metabólica y puede alimentarse de sus propios tejidos, lo que le permite sobrevivir en condiciones adversas. Foto: Iztok Medja
Otra característica fascinante es su capacidad para vivir en ambientes con poco oxígeno, lo que le permite adaptarse a la vida en cuevas profundas. Gracias a estas adaptaciones, el proteo puede permanecer inmóvil durante largos periodos, sin que esto afecte su salud o longevidad. Los científicos continúan investigando cómo este animal logra mantener su cuerpo en equilibrio durante años sin moverse.
El comportamiento inusual de estos anfibios longevos
A pesar de que la mayoría de los proteos no se mueven mucho, algunos ejemplares han mostrado un comportamiento sorprendente. Uno de los animales estudiados recorrió 38 metros en 230 días, una distancia considerable para esta especie. Sin embargo, este tipo de comportamiento es raro. Los científicos observaron que solo en 10 ocasiones uno de los proteos se desplazó más de 10 metros en un solo paseo, lo que subraya la excepcionalidad de su inactividad.
Estos animales, que no suelen medir más de 40 centímetros de largo, habitan en cuevas donde no enfrentan depredadores. Esto les permite vivir en un estado de reposo casi constante, sin la necesidad de huir ni buscar refugio. Gracias a su hábitat protegido y sus asombrosas adaptaciones, estos anfibios son capaces de sobrevivir en condiciones que, para otras especies, serían letales. La longevidad de los proteos es otro aspecto que los diferencia, con algunos individuos superando los 58 años de vida.
