Científicos en Japón y el Reino Unido han descubierto que la medusa peine , de nombre científico Mnemiopsis leidyi, al lesionarse, puede fusionarse con otra medusa para seguir existiendo como un solo organismo. El hallazgo desafía lo que se conocía sobre la defensa y regeneración en animales, y abre nuevas puertas en la investigación biológica y médica.
El estudio, publicado en la revista Current Biology, revela que cuando dos medusas peine heridas se encuentran, se fusionan sincronizándose. Esta capacidad, no observada en otras especies marinas, les permite compartir alimentos y coordinar sus reacciones nerviosas. La medusa resultante puede sobrevivir al menos tres semanas, lo que ha dejado a los investigadores sorprendidos por la eficiencia de este proceso.
Las medusas peine son pequeñas criaturas bioluminiscentes que habitan en el Atlántico occidental. Son famosas por su carácter invasivo, ya que se han expandido por varias regiones. Lo que no se sabía hasta ahora es su increíble capacidad para fusionarse entre ellas cuando están heridas, como si fuera un mecanismo de supervivencia colectiva.
Las medusas peine pueden fusionarse tras resultar heridas, sincronizando sus sistemas digestivo y nervioso para continuar viviendo como uno solo. Foto: Mariana Rodríguez/Santiago
El equipo de científicos, dirigido por Kei Jokura de la Universidad de Exeter, realizó experimentos en laboratorio donde observaron cómo las medusas heridas se fusionaban. Nueve de cada diez veces, los ejemplares se convertían en uno solo, sincronizando sus sistemas rápidamente. El experimento se llevó a cabo en tanques de agua de mar, y las medusas fusionadas sobrevivieron sin mostrar signos de rechazo o separación. Esta capacidad de fusión es única, ya que la mayoría de los organismos tiene mecanismos de alorreconocimiento que impiden la fusión de tejidos de otros individuos.
Uno de los aspectos más asombrosos del descubrimiento es cómo las medusas peine sincronizan sus sistemas tras la fusión. En cuestión de horas, estas criaturas alinean sus contracciones musculares y sistemas digestivos, permitiendo que el nuevo organismo funcione de manera unificada. Un detalle clave del estudio es que, al aplicar estímulos a una parte de la medusa, todo el organismo respondía de manera sincronizada, lo que indica que también sus sistemas nerviosos se fusionaban.
El proceso de fusión permite que las medusas alineen rápidamente sus contracciones musculares y compartan alimento. Foto: Joan J Soto-Angel
Los científicos también observaron que el tracto digestivo de las medusas fusionadas se unía, permitiendo que ambas compartieran el alimento. Por ejemplo, al alimentar a una de las bocas con artemias marcadas con fluorescencia, las partículas de comida recorrieron el canal digestivo fusionado y fueron expulsadas por los dos extremos. Este proceso evidencia la extraordinaria capacidad de adaptación de estos animales y plantea interrogantes sobre los mecanismos moleculares que hacen posible la fusión.
Este descubrimiento tiene implicaciones profundas para el estudio de la biología regenerativa y los sistemas inmunológicos. Los mecanismos de alorreconocimiento, que permiten a los organismos distinguir entre sus propios tejidos y los de otros, son fundamentales en el sistema inmunológico de los animales. Sin embargo, el hecho de que las medusas peine carezcan de este mecanismo sugiere que existen otros sistemas biológicos que aún no comprendemos por completo.
Además, los investigadores esperan que el estudio de la fusión de los sistemas nerviosos y digestivos de estas medusas peine pueda ofrecer nuevas claves en el desarrollo de terapias regenerativas. Jokura subrayó que la comprensión de los mecanismos moleculares detrás de este proceso podría influir en la investigación regenerativa, proporcionando modelos para estudiar cómo los tejidos dañados pueden repararse o regenerarse.
Las medusas peine, con su expansión global, pueden tanto amenazar como, en algunos casos, contribuir a ciertos aspectos del ecosistema marino. Su impacto depende del contexto ecológico y de su interacción con las especies nativas. Algunas especies, como Mnemiopsis leidyi, se han expandido fuera de sus hábitats naturales, causando graves desequilibrios en ecosistemas marinos. En el Mar Negro, por ejemplo, la invasión de esta medusa resultó en un colapso de las poblaciones de peces debido a su voraz apetito por el zooplancton, que también es consumido por las larvas de peces.
Por otro lado, las medusas peine compiten directamente con otras especies, como peces juveniles y pequeños depredadores, por el zooplancton. En ecosistemas ya presionados por el cambio climático y la sobrepesca, la expansión de las medusas peine puede agravar la escasez de alimentos y reducir las poblaciones de otras especies marinas clave.
Entre los beneficios de su expansión, las medusas peine pueden desempeñar un papel en la redistribución y reciclaje de nutrientes en el océano. Al consumir grandes cantidades de zooplancton, procesan nutrientes que luego son liberados nuevamente en el agua a través de sus desechos, lo que puede, en ciertos casos, beneficiar a otros organismos en la cadena alimentaria.