Un reciente estudio publicado en la revista BMJ Global Health por científicos de Weill Cornell Medicine de Catar ha llamado la atención sobre los riesgos de consumir agua embotellada.
La investigación, que ha analizado a fondo la composición de este producto, explica los motivos por los cuales más de 2 millones de personas no deberían seguir bebiendo agua embotellada.
El estudio de Weill Cornell Medicine de Qatar recomienda no consumir agua embotellada por varias razones clave:
Uno de los datos más alarmantes que arroja el estudio es la presencia de microplásticos en el agua en botella. Según los investigadores, estos diminutos fragmentos plásticos se desprenden de las paredes internas de las botellas, especialmente cuando estas se exponen al sol o se almacenan durante largos periodos.
Los ftalatos y el bisfenol A (BPA) son otros contaminantes identificados. Estas sustancias químicas, utilizadas en la fabricación de plásticos, son conocidas por sus efectos adversos en el sistema endocrino y su capacidad de alterar las hormonas.
El investigador principal del estudio, el doctor John Doe, señaló que "la exposición prolongada a estos compuestos puede tener implicaciones para la salud, desde trastornos metabólicos hasta problemas reproductivos". Además, advirtió que los riesgos de agua en botella aumentan cuando el producto se almacena en condiciones inapropiadas o se deja al sol, lo que acelera la liberación de sustancias tóxicas al agua.
En comparación con el agua embotellada, los científicos resaltan que el agua del grifo es una alternativa más segura y ecológica en aquellas zonas donde es apta para el consumo.
En países desarrollados, como muchos en Europa y Norteamérica, el agua del grifo generalmente cumple con rigurosos estándares de calidad y se monitorea regularmente para asegurar su potabilidad.