La Tierra tiene aproximadamente 4.543 mil millones de años y, durante todo ese tiempo, ha sido habitada por diversas criaturas en distintas eras. Algunas eran más colosales que otras, pero todos potencialmente mortales.
Debido a ello, hasta la actualidad, los paleontólogos siguen hallando especies extintas que despiertan la imaginación de todos y revelan nueva información sobre la vida en la Tierra. Uno de estos descubrimientos se realizó en 1970 y en un principio se creyó que se trataba de un tigre dientes de sable.
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El pez dientes de sable, conocido científicamente como Oncorhynchus rastrosus, es una especie extinta de peces que vivió a finales del Mioceno, hace aproximadamente 5 millones de años.
Este pez se destaca por sus rostros largos y alargados, con dientes similares a los de un tigre dientes de sable, lo que le daba una apariencia bastante intimidante. Sin embargo, un estudio publicado en PLOS ONE reveló detalles adicionales sobre el verdadero aspecto de este salmón.
Ilustración de un Oncorhynchus rastrosus. Imagen: Ray Troll
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Los primeros fósiles del Oncorhynchus rastrosus fueron hallados en 1970. Este descubrimiento reveló que el pez medía casi 3 metros de largo y tenía dos dientes frontales letales. Además, se calcula que pesaba entre 200kg y 400kg.
No obstante, el estudio publicado en la revista PLOS ONE demostró que los dientes del salmón gigante apuntaban en realidad hacia un lado, como los colmillos de un jabalí, probablemente para defenderse de los depredadores.
Tamaño del Oncorhynchus rastrosus en comparación con un hombre adulto. Imagen:Prehistoric-Wildlife
Esta conclusión se obtuvo mediante tomografías computarizadas de los fósiles originales y el análisis de otros fósiles de Oncorhynchus rastrosus encontrados posteriormente, donde los dientes aún estaban unidos al cráneo.
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Los fósiles de esta especie, que datan de hace aproximadamente 12 millones de años, demuestran que este gigantesco salmón habitó las costas del Pacífico en América del Norte y Japón.
Fósil del Oncorhynchus rastrosus. Imagen: University of Oregon
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En 2014, paleontólogos en Oregón encontraron cráneos fósiles de Oncorhynchus rastrosus con dientes prominentes, confirmando que ambos sexos del salmón tenían estos dientes en la adultez. El hallazgo reveló además que los fósiles, probablemente de parejas reproductoras, presentaban grandes púas. Esto permitió descubrir que estos salmones experimentaban cambios en el cráneo y desarrollaban las icónicas púas al acercarse a la madurez.
"Cuando hablé con los coleccionistas de los fósiles de 2014, no dejaban de encontrar fósiles muy próximos entre sí, lo que probablemente indicaba que se trataba de parejas reproductoras que poseían ambas las enormes púas", explicó Kerin Claeson, paleontóloga del Philadelphia College of Osteopathic Medicine.
Reconstrucción del Oncorhynchus rastrosus. Imagen: Kerin Claeson - PLOS ONE
Por otro lado, este hallazgo también cambió la forma en que se imaginaba los dientes de estos salmones. "Parte de la razón por la que los científicos no reconocieron la posición de los dientes al principio fue porque se encontraron aislados", afirmó Claeson.
No obstante, los paleontólogos aún se preguntan sobre la evolución y función de los dientes de estos peces. Por un lado, investigaciones previas sugieren que los salmones podrían haber utilizado los dientes para raspar y mover sedimentos en la construcción de sus nidos, mientras que otros afirman que podrían haber sido un medio para defenderse de otros depredadores.