El agua de los mares, lagos y ríos se está agotando lentamente en todo el hemisferio sur de la Tierra, desde inicios del presente milenio, y la causa principal de esta tendencia es el fenómeno El Niño, según una investigación publicada este mes de noviembre en la prestigiosa revista Science.
Los científicos calculan la disponibilidad de agua en nuestro planeta restando la cantidad de agua provista al paisaje por las lluvias y los acuíferos con la cantidad de agua que se escapa hacia la atmósfera mediante la evaporación y las plantas.
El estudio, firmado por investigadores chinos, australianos y estadounidenses expertos en meteorología, fue posible mediante datos de satélites y mediciones de ríos y caudales realizadas en todo el planeta entre el periodo del 2000-2020.
La Amazonía enfrenta un severo riesgo de sequías con la situación climática actual. Foto: EFE
Según los expertos, la tendencia a la disminución del agua se produce principalmente en gran parte del suroeste de África, el noroeste de Australia y América del Sur (con excepción de las regiones más australes del continente, donde tendrán más agua disponible, aseguran).
En Sudamérica, esta situación conllevaría más temporadas de sequía en la selva tropical, lo cual provocaría la disminución de la vegetación e incrementaría el riesgo de incendios forestales en la Amazonía, considerado el pulmón del mundo.
La escasez del recurso hídrico también impactaría a la industria agrícola del continente, que se encarga de exportar azúcar, soja, frutas y café a escala global.
La sequía que se vive en el hemisferio sur está afectando ecosistemas como el lago Titicaca en Puno. Foto: EFE
En África, la situación agravaría la escasez de alimentos que ya vive el continente a causa del conflicto entre Ucrania y Rusia y el aumento de los precios relacionados con la inflación.
En Australia, en tanto, la amenaza principal sería el aumento de temperaturas que se vive en la superficie, con el riesgo de superar los 35 °C, si las tasas de emisión de dióxidos de carbono continúan siendo altas.
Según los científicos, la menor disponibilidad de agua en la parte austral del planeta corresponde con patrones asociados al fenómeno El Niño-Oscilación Sur (ENOS), que ocurre cuando las aguas ecuatoriales del Pacífico alcanzan temperaturas más calientes de lo normal.
Este año, los expertos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) han pronosticado que este fenómeno, también llamado El Niño, alcanzará su punto máximo entre noviembre de 2023 y enero de 2024 y podría graves consecuencias en todo el planeta.
En el hemisferio norte, donde vive el 90% de la población mundial, la cantidad de agua disponible para el ser humano y otros seres vivos se mantiene estable, pese a sus variaciones a lo largo de los años. Según los expertos, esto se debería a factores humanos como la construcción de represas, el riego y una mayor producción de alimentos.