Las diversas formas de vida en el mar no dejan de sorprender a la humanidad. Ahora, un equipo de científicos ha identificado un nuevo animal desconocido para la ciencia. Se trata de una extraña criatura que vive en el océano Austral (el mar alrededor de la Antártida) y que destaca por sus 20 brazos y su anatomía extremadamente atípica.
Esta terrorífica criatura, llamada Promachocrinus fragarius, viviría entre los 60 y los 1.170 metros de profundidad del mar, apuntan los investigadores que dieron con el hallazgo, pertenecientes a la Institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, en EE. UU.
La cabeza de Promachocrinus fragarius es triangular como si fuese una fresa. Foto: Foto: McLaughlin, Wilson, Rouse / Invertebrate Systematics
Los científicos descubrieron al extraño animal acuático cuando investigaban las distintas especies que conforman el árbol genealógico del género Promachocrinus.
Este es un grupo de invertebrados apodados ‘estrellas de plumas antárticas’, ya que están vinculados a las estrellas de mar, los pepinos de mar y otros equinodermos.
Si bien los biólogos habían observado diversos animales de este género en distintas expediciones en el océano austral entre 2008 y 2017, solo habían podido identificar a una especie dentro de esta familia: el Promachocrinus kerguelensis, también de múltiples brazos.
Ahora, tras estudiar sus genéticas y anatomías, finalmente han logrado identificar otras siete especies distintas, las cuales han sido descritas en un estudio de la revista Invertebrate Systematics.
El animal posee dos grupos de brazos. Los superiores son largos y los inferiores cortos. Foto: McLaughlin, Wilson, Rouse / Invertebrate Systematics
Por su singular apariencia, la más llamativa de todas es Promachocrinus fragarius, que ha sido apodada la 'estrella de pluma de fresa antártica' debido a que su cuerpo central tiene la forma de esa fruta y porque el color de su piel puede variar entre púrpura y rojo oscuro. Su tamaño todavía se desconoce.
El animal recién descubierto posee dos grupos de brazos: unos inferiores y cortos y otros superiores y extremadamente largos, que parecen cepillos.
Aunque los investigadores han resuelto el misterio de los Promachocrinus, destacan que todavía hay muchas más especies desconocidas en la Antártida que no han sido clasificadas taxonómicamente.
“La vasta naturaleza del ecosistema de la Antártida y el océano austral dicta un muestreo a gran escala para comprender el alcance total de la biodiversidad”, escribieron.