Alertado por Albert Einstein de que la Alemania nazi tenía la fórmula para desarrollar la primera bomba atómica, el gobierno de Estados Unidos se vio obligado a congregar a las mentes más brillantes de la época para lograr adelantarse a su principal contrincante europeo en la Segunda Guerra Mundial. Con ese objetivo en mente, en agosto de 1942, se formó el Proyecto Manhattan, un programa científico-militar que fue liderado por el físico estadounidense Robert Oppenheimer.
Con un presupuesto de 2.000 millones de dólares por cinco años, este equipo ultrasecreto reclutó a físicos, químicos, ingenieros y matemáticos procedentes de diferentes países y que tenían gran renombre, entre los cuales también había ganadores del prestigioso Premio Nobel.
El objetivo en común era investigar el alcance que podría tener la energía que se libera cuando el núcleo de un átomo se divide múltiples veces, un fenómeno conocido como fisión nuclear y que sería la base de las futuras armas nucleares.
Julius Robert Oppenheimer. Foto: Atomic Heritage Foundation
A la cabeza del Proyecto Manhattan se encontraba Oppenheimer, el cual era conocido como 'Oppie', un físico teórico que tenía la destreza de explicarles a los militares el trabajo de los expertos en términos sencillos y que, al mismo tiempo, tenía la capacidad de liderar un grupo tan diverso de científicos sin que los egos de cada uno sean un obstáculo en el camino.
De acuerdo con Atomic Heritage Bomb, una organización sin fines de lucro que preserva la historia detrás de la bomba atómica, entre los talentosos científicos que participaron en el Proyecto Manhattan se encontraba Enrico Fermi, un físico italiano que huyó de su país por la persecución nazi y que ganó el Nobel en 1938 por su trabajo sobre la radiactividad. También fue el primero en lograr la primera reacción nuclear en cadena.
Enrico Fermi, el físico italiano conocido por lograr la primera reacción en cadena. Foto: Atomic Heritage Foundation
Otros científicos que participaron en el proyecto fueron Ernesto O. Lawrence, un físico nuclear estadounidense e inventor del ciclotrón (dispositivo que permitió la aceleración de partículas nucleares a velocidades increíblemente altas para desintegrar átomos y formar nuevos elementos), y Richard Feynman, un joven físico teórico estadounidense que sería ganador del Nobel en 1965.
Richard Feynman, un prodigioso y joven físico teórico estadounidense. Foto: Wikimedia Commons
El proyecto también estaba formado por un grupo de exiliados de Budapest (Alemania), a quienes Fermi solía llamar los "marcianos", ya que solían hablar húngaro entre ellos y su inteligencia era "de otro planeta".
Entre ellos se encontraban Leó Szilárd, físico que redactó junto con Albert Einstein la carta que exhortó a EE. UU. a establecer el Proyecto Manhattan; Edward Teller, futuro padre de la bomba de hidrógeno y catalogado por Fermi como “el más inteligente de todos”; Eugene Wigner, quien ganaría el Nobel de Física en 1963 por su contribución a la teoría del núcleo atómico, y John von Neumann, matemático que sería impulsor de la computación moderna.
Entre los ilustres científicos también hubo infiltrados. Uno de ellos era Klaus Fuchs, un físico teórico alemán que, mientras trabajaba en sus quehaceres, filtraba información privilegiada a la Unión Soviética para que realizase su propia arma nuclear.
Científicos de Los Álamos posan con una de las bombas atómicas. Foto: History Conflicts
Inicialmente, el proyecto Manhattan, llevado a cabo en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en un desierto de Nuevo México, solo iba a estar compuesto por 30 integrantes que contarían con un grupo de apoyo de 100 científicos.
Sin embargo, el objetivo del programa se volvió tan importante para el país que, para 1945, ya involucraba a 6.000 personas en total, quienes trabajaban durante jornadas de hasta 14 horas para crear el arma nuclear llamado Gadget, una esfera de acero que contenía plutonio.
El 16 de julio esa arma finalmente explotó con éxito en la Prueba Trinity. Menos de un mes después, en agosto, se utilizó para bombardear las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en Japón.