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Ciencia

¿Por qué una reinfección por dengue siempre es más grave que la anterior?

Una primera infección de dengue no te protege ante una segunda. Por el contrario, te vuelve más vulnerable a la forma más severa de la enfermedad: el dengue hemorrágico. Conversamos con el virólogo peruano Juan More Bayona para conocer por qué ocurre esto, algo que no sucede con el coronavirus SARS-CoV-2.

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Aedes aegypti es el mosquito que porta el virus del dengue. Foto: Alexis Wild

Aunque desarrollar dengue grave es una cuestión de azar tras la picadura del mosquito que carga este virus, los expertos han determinado desde hace años que el riesgo siempre es mayor con cada nueva infección del patógeno.

En otras palabras, si otro mosquito Aedes aegypti te vuelve a picar, tienes más posibilidades de padecer vómitos constantes y hemorragias internas que, si no se tratan a tiempo, pueden derivar en la muerte.

¿Cómo es posible esto? ¿Acaso nuestro organismo no genera anticuerpos que nos mantengan protegidos?

La República conversó con Juan More Bayona, virólogo e inmunólogo peruano, para conocer a qué se debe esta vulnerabilidad ante el dengue y por qué no sucedía lo mismo con las variantes del coronavirus SARS-CoV-2.

El dengue grave se manifiesta con vómitos, sangrados por la nariz o encías y hemorragias internas. Foto: AFP

Un raro fenómeno en nuestra defensa inmune

El virus del dengue tiene cuatro serotipos o formas virales: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4.

Se ha demostrado que uno puede contraer un serotipo específico, enfermarse (ya sea con síntomas o no) y, tiempo después, contraer otro serotipo distinto y volver a padecerlo, pero de una forma más grave.

"Cuando nosotros nos infectamos por cualquier virus, generamos anticuerpos. No solo contra una parte del virus, sino contra toda su estructura"; sin embargo, ante el dengue, en nuestro sistema inmunológico, ocurre un fenómeno no deseado y bastante extraño, explica More.

"Cuando uno se reinfecta con el mismo serotipo, pero, sobre todo, con otro distinto, los anticuerpos generados, al momento unirse al patógeno con la intención de bloquearlos, favorecen el ingreso del virus a nuestras células", señala el especialista.

"Es como si los virus utilizaran nuestros anticuerpos como llaves".

Ese fenómeno es conocido como "potenciación de la infección dependiente de anticuerpos" o simplemente fenómeno ADE (siglas en inglés de antibody dependent enhacement).

Este mecanismo, así como el potencial riesgo que conlleva, también es la principal razón por la cual resulta tan difícil desarrollar una vacuna contra esta enfermedad tropical y aplicarlo de manera masiva en la población.

"Este efecto siempre se va a considerar en todas las vacunas del dengue. Sin embargo, en nuevas vacunas como la de Takeda (Qdenga/TAK-003), esto se ve reducido", detalla.

El mosquito del dengue deja sus huevos en reservorios de agua donde crecen en larvas y luego se desarrollan como insectos adultos. Foto: NIH

¿Por qué no sucedía lo mismo con el coronavirus SARS-CoV-2?

El fenómeno ADE no es único en el virus del dengue, ya que también lo poseen otras enfermedades infecciosas e incluso algunos coronavirus, pero no el SARS-CoV-2, causante de la pandemia de COVID-19, precisa More.

Bajo una clasificación taxonómica, además, el virólogo peruano precisa que los tipos del dengue poseen características más diferentes entre ellos que las que tenían las variantes del SARS-CoV-2 entre ellas, las cuales presentaban modificaciones específicas (mutaciones) en su estructura.

"En el caso del virus del dengue, hablamos de cuatro serotipos distintos que tienen diferencias importantes no solo genéticamente, sino también estructuralmente; por ende, también es distinta la patología que puedan ocasionar".

Pero esto no ocurre así en el caso del SARS-CoV-2, pues con respecto a este último "hablamos de variantes de un mismo serotipo y, por eso, es que todas ellas se parecen mucho entre sí", puntualiza.