La concentración de CO2 (dióxido de carbono) en la atmósfera alcanzó el mes de mayo un nivel 50% más elevado que durante la era preindustrial, y que no se había visto en la Tierra desde hace unos 4 millones de años, alertó el pasado viernes la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
El calentamiento global causado por humanos —en particular por la producción de electricidad con energías fósiles, los transportes, la producción de cemento o la deforestación— es responsable de este fenómeno, señaló la institución meteorológica norteamericana.
El mes pasado, el umbral de 420 partes por millón (ppm), unidad de medida usada para cuantificar la contaminación en el aire, fue rebasado. Esto fue un aumento de 1 ppm con respecto a 2021 y de 3 ppm con respecto a 2020.
Dichas medidas las establece el Observatorio Atmosférico de Línea de Base Mauna Loa en Hawái, idealmente situado en la altura del mismo nombre. Esa ubicación privilegiada le permite no estar influenciado por la contaminación local.
Antes de la revolución industrial, el nivel de CO2 se mantenía constantemente alrededor de 280 ppm. Así fue en los 6.000 años de civilización humana que precedieron a este proceso histórico, indica la NOAA en un comunicado.
El nivel alcanzado hoy “es comparable” a como era hace “4,1 y 4,5 millones de años, cuando los niveles de CO2 eran cercanos o (se situaban) por encima de 400 ppm”.
Durante ese tiempo, que corresponde al Plioceno, el nivel del mar era entre 5 y 25 metros más elevado que el actual; es decir, lo suficientemente alto para que numerosas grandes ciudades actuales quedaran bajo el agua.
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El CO2 es un gas de efecto invernadero que atrapa el calor, lo que causa de a poco el calentamiento del planeta. Esta emisión persiste en la atmósfera y el océano durante miles de años.
Este calentamiento ya está teniendo consecuencias dramáticas, recordó la NOAA, entre ellas la multiplicación de olas de calor, sequías, incendios o inundaciones.
“El dióxido de carbono está en niveles que nuestra especie jamás conoció en el pasado, y no es algo novedoso”, comentó Pieter Tans, científico en la NOAA, citado en el comunicado. “Lo sabemos desde hace medio siglo y hemos fracasado en hacer algo significativo (al respecto). ¿Qué hace falta para que despertemos?”.