Un brote de viruela del mono está afectando a varios países de Europa. En Reino Unido se han detectado 9 casos; en Portugal, más de 20 y en España, 23, según las últimas actualizaciones de las autoridades sanitarias hasta el 18 de mayo: sin embargo, no se sabe si los casos están relacionados entre sí.
“Debido al reciente aumento en los casos y las incertidumbres sobre dónde adquirieron la infección algunas de estas personas, estamos trabajando en estrecha colaboración con los socios del NHS para identificar si pueden haber más casos en las últimas semanas, así como con socios internacionales para comprender si se han producido aumentos similares en otros países”, informó la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), donde se detectaron las primeras infecciones.
La viruela del simio, símica o del mono es una rara enfermedad viral zoonótica —provocada por un virus transmitido de los animales a las personas— que produce síntomas similares a los que experimentaron los pacientes de viruela en el pasado, pero más leves.
Esta infección se descubrió por primera vez en 1958, cuando ocurrieron dos brotes de una enfermedad similar a la viruela en colonias de monos mantenidos para la investigación, de ahí el nombre “viruela del mono”. De hecho, ambos virus tienen similitudes.
El primer caso humano de viruela del simio se registró en 1970 en la República Democrática del Congo. Desde entonces, ha sido reportada en humanos en otros países de África central y occidental, cerca de las selvas tropicales.
Una partícula del virus de la viruela de los monos en el microscopio. Foto: Science Photo Library
La Organización Mundial de la Salud (OMS) precisa que, durante los brotes de este virus, la tasa de letalidad se ha situado por lo general entre el 1% y el 10%, y que la mayor parte de las defunciones se producen en los grupos etarios más jóvenes.
El intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas de la viruela del simio suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días.
Según la OMS, la infección puede dividirse en dos periodos:
El número de lesiones varía desde unas pocas hasta miles, y afectan a las mucosas de la boca (70% de los casos), los genitales (30%), la conjuntiva palpebral (20%) y la córnea (globo ocular).
El diagnóstico concluyente de la viruela símica solo se puede determinar por pruebas de laboratorio.
La OMS advierte que “no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, aunque se pueden controlar los brotes”. Añaden que la vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución de la enfermedad sea más leve.
En los casos iniciales, la infección se produce “por contacto directo” con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados.
La otra forma de transmisión es de persona a persona, específicamente, “con secreciones infectadas de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados”.
Erupción de la viruela del simio. Foto: Public Health Image Library of the Centers for Disease Control and Prevention
A nivel mundial, el primer caso de viruela del simio se registró por primera vez en el año 1970, en la República Democrática del Congo.
En la última década, África se enfrenta a un resurgimiento de la viruela símica. Han sido diagnosticados más casos confirmados de esta enfermedad viral zoonótica desde el año 2016 que en los 40 años anteriores, según un reporte de la OMS.
Los casos de viruela del simio son frecuentes en Nigeria. En su último informe, el Centro para el Control de Enfermedades de Nigeria (NCDC) dijo que el país registró 558 casos de viruela del simio y ocho muertes en 32 estados de la federación y el Territorio de la Capital Federal entre los años 2017 y 2022.
“Es pertinente realizar un seguimiento de la aparición de nuevos casos o brotes de la viruela del simio, así como tomar las medidas preventivas oportunas, porque la enfermedad constituye una amenaza significativa para la salud humana”, concluye Raúl Rivas González. catedrático de Microbiología, en la Universidad de Salamanca.