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Ciencia

Nave de la NASA comprobará si una luna de Júpiter alberga un inmenso océano interno

La nave espacial Clipper se dirigirá al satélite llamado Europa. Comprender a la luna de Júpiter ayudará a estudiar cómo se originó la vida en la Tierra.

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Desde la izquierda: el módulo de propulsión del Europa Clipper de la NASA, el espectrógrafo ultravioleta (llamado Europa-UVS), la antena de alta ganancia y una ilustración de la nave espacial. Foto: NASA / JPL-Caltech / Johns Hopkins APL

La NASA ha empezado los trabajos de ensamblaje de la nave espacial Clipper, una misión destinada a la órbita de la luna helada Europa de Júpiter, cuyo lanzamiento desde Cabo Cañaveral, Florida, está previsto para octubre del año 2024. Sus objetivos principales son comprobar si esconde en su interior un océano con el doble de cantidad de agua que en la Tierra y recopilar datos de su atmósfera para saber si puede albergar vida.

Así como el parasol o escudo térmico del telescopio espacial James Webb fue comparado por su tamaño con una cancha de tenis, el Europa Clipper de la NASA será tan grande como un escenario de baloncesto. Casi todos sus detalles habrán sido hechos a mano, según un comunicado del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de Caltech (Instituto Tecnológico de California).

Si ese océano existe, “su carga útil sofisticada investigará todo, desde la profundidad y la salinidad hasta el grosor de la corteza de hielo y las características de las columnas potenciales que pueden estar expulsando agua del subsuelo al espacio”.

La web oficial de la NASA detalló que todos los componentes de ingeniería y los nueve instrumentos científicos están llegando paso a paso.

“Para los líderes de esta misión, ver los componentes de ingeniería unirse con la flota de instrumentos será especialmente conmovedor, sabiendo lo mucho que sus equipos se han esforzado para trabajar durante la pandemia de coronavirus”, se describió en el documento de Caltech.

Un ingeniero inspecciona el panel de radiofrecuencia (RF) del Europa Clipper de la NASA en una sala limpia en el Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins en Laurel, Maryland. Foto: Johns Hopkins APL

La semana anterior, un equipo del Southwest Research Institute en San Antonio, Texas, entregó el primer instrumento científico al JPL. Se trató del espectrógrafo ultravioleta Europa-UVS. Con él, se determinará la composición atmosférica del satélite Europa y los gases que la envuelven. Ahora solo falta que los expertos se aseguren de que toda la tecnología anexada a la sonda se comunique con la computadora de vuelo y los sistemas de energía.

“No sé cómo me sentiré al ver que esto (el grupo de componentes) se une. Sospecho que será algo abrumador”, dijo Robert Pappalardo del JPL, científico del proyecto Europa Clipper. “Está sucediendo, se está volviendo real. Se está volviendo tangible”, añadió.

El cuerpo de la sonda es un módulo de propulsión de 3 metros de altura. Está equipado con electrónica, radios, cableado y el subsistema de propulsión, se enviará al JPL esta primavera de Estados Unidos, de marzo a mayo. Además, se le integrará una antena de alta ganancia de 3 metros de ancho.

“Comprender la habitabilidad de Europa ayudará a los científicos a entender mejor cómo se desarrolló la vida en la Tierra y el potencial para encontrar vida más allá de nuestro planeta”, se resaltó en la información adicional de la misión.