Cómo la química evolucionó en bioquímica y originó las primeras formas de vida en la Tierra aún es una de las grandes preguntas de la ciencia. Ahora, una investigación sugiere que la respuesta está en el cianuro de hidrógeno, un gas utilizado en armas químicas modernas y que, contradictoriamente, es mortal para los seres vivos.
Según los investigadores, este letal gas cumplió un papel clave para generar un elemento autorreplicante como el ARN; sin embargo, solo fue posible mediante la mezcla de distintas condiciones.
Después de que la Tierra se formara hace 4.500 millones de años, el planeta era un lugar poco propenso a generación de vida. Los océanos y continentes recién emergían, los volcanes estaban activos y los meteoritos y sus restos impactaban constantemente la superficie. Pero así fue al menos hasta hace 3.700 años.
En ese lapso, el estudio señala que las colisiones de meteoritos suministraron hidrógeno a la atmósfera, los volcanes emanaron grandes cantidades de CO2, los océanos más vapor de agua y los respiraderos submarinos mucho metano.
Tales sustancias químicas se acumularon en la atmósfera y, con la energía de la radiación solar, se mezclaron para formar cianuro de hidrógeno. Según los modelos de computadora, este gas llovía fuera de la atmósfera en “pequeños estanques cálidos” y además interactuaba con otras moléculas naturales.
A medida que pasaron 100 millones de años, los impactos de cuerpos rocos cesaron y los niveles de hidrógenos disminuyeron, la cantidad de cianuro de hidrógeno ya era suficiente para generar adenina en gran cantidad y así comenzar la formación de hebras de ARN, que son el cimiento para el ADN.
Desde la década de los sesenta, el ARN es uno de los principales candidatos para explicar el origen de la vida en la Tierra; sin embargo, en esta investigación, los científicos fueron más atrás para averiguar cómo se habían formado estas entidades.
La investigación, aún no revisada por la comunidad científica, se encuentra alojada en el portal científico arXiv.