La propagación de la variante ómicron está elevando el número de contagios de COVID-19 como nunca antes en esta pandemia. Y aunque la mayoría de casos son asintomáticos o leves, hay cada vez más hospitalizaciones. Esto se debe a que, como sucedía con los anteriores linajes, la evolución de la infección depende de factores como el estado de vacunación.
En Estados Unidos, donde se estima que más del 90% de casos nuevos de COVID-19 son causados por ómicron, médicos y especialistas que han dado seguimiento a los pacientes comienzan a vislumbrar cómo la enfermedad evoluciona de manera distinta en vacunados y no vacunados.
Mucio Kit Delgado, profesor asistente del departamento de emergencias del Penn Presbyterian Medical Center (Filadelfia), señaló en Twitter haber constatado “un patrón sorprendentemente consistente basado en el estado de vacunación”.
En cuanto a las personas que han recibido la vacunación completa (una o dos dosis, dependiendo de la vacuna) más su dosis de refuerzo, Kit indica que no ha visto “casi a nadie” en emergencias, ya que probablemente se encuentren en casa bien “o tengan síntomas regulares de un resfriado o gripe”.
Judith O’Donnell, jefa de Enfermedades Infecciosas de mismo hospital, explicó a un medio local que la infección en estas personas se suele manifestar con secreción, congestión nasal, dolor de garganta, pero sin fiebre.
Kit Delgado afirma que muchos pacientes vacunados sin dosis de refuerzo llegan a emergencias principalmente “extenuados, deshidratados y febriles”. Y cuando eran mayores de 55 o tenían otros problemas médicos, “a menudo eran ingresados para recibir hidratación intravenosa durante la noche y cuidados de apoyo. Pero, por lo general, regresan a casa en uno o dos días”.
Por su parte, Maya N. Clark-Cutaia, profesora asistente del Colegio de Enfermería de la Universidad de Nueva York, declaró al NYT que los pacientes de ómicron vacunados se quejan de dolor de cabeza, fiebre y dolores corporales, “como con un resfriado muy terrible”.
Según lo observado por Kit en su centro médico, las personas no vacunadas son las que “tienen que ser hospitalizadas porque necesitan oxígeno”.
Clark-Cutaia señala que estos pacientes presentan la misma dificultad para respirar, tos y síntomas parecidos a la gripe que se ha visto en anteriores olas de COVID-19.
“En una persona no vacunada, ómicron es bastante capaz de causar neumonía y de hecho la está causando. Las personas ingresan con dificultad para respirar debido a la neumonía, al igual que ha sucedido con las variantes anteriores”, apunta O’Donnell.
A mediados de diciembre, la ola de contagios por ómicron alcanzó su pico en Sudáfrica, donde menos del 30% se había vacunado, pero la mayoría de la población había pasado por una infección previa, sobre todo durante la ola causada por la variante delta.
De acuerdo con los datos recopilados por los médicos de la mayor aseguradora privada de ese país, los síntomas más recurrentes durante la ola de ómicron fueron dolor o picazón de garganta, congestión nasal, tos seca y dolor muscular.
En tanto, se registró un leve aumento de las hospitalizaciones y estancias cortas en estos entornos.