Sir John Bell, experto en inmunología y docente de Medicina en la Universidad de Oxford, en Inglaterra, ha asegurado que la COVID-19 producida por ómicron, la variante predominante del coronavirus en la actualidad, “no es la misma enfermedad que veíamos hace un año”.
Pese a que las tasas de infección con ómicron continúan en aumento a gran velocidad desde su detección en Sudáfrica hace solo un mes, la enfermedad de COVID-19 que genera “parece ser menos grave” a comparación de otras variantes y “muchas personas pasan un tiempo relativamente corto en el hospital”, especialmente la población vacunada, aseguró Bell ante el programa Today de la BBC y replicado en el medio The Guardian.
Si bien Bell opina que “las horribles escenas de unidades de cuidados intensivos llenas y mucha gente muriendo prematuramente ya es historia”, advierte que no se debe bajar la guardia con ómicron, que ha demostrado ser altamente transmisible y que se replica rápidamente en nuestro organismo.
Paciente diagnosticado con COVID-19 es atendido en la UCI del Hospital Sharp Coronado, en San Diego, California, a fines de enero. Foto: EFE.
Debido a dicha característica del linaje, los contagios y muertes pueden suceder a gran velocidad y saturar el sistema de salud si no se toman las medidas preventivas básicas del inicio de la pandemia, como el confinamiento o el aislamiento temprano, sostuvo Bell, quien también es asesor de ciencias biológicas del Gobierno británico.
Ahora mismo, en los países con brotes de ómicron como Reino Unido y Estados Unidos, se ha incrementado la ausencia de personal de salud que se ha contagiado. Según Bell, este escenario puede representar un desafío mayor en la atención de COVID-19 y otras enfermedades.
Por otro lado, el confinamiento ha vuelto a ser un arma contra el repunte de casos, especialmente durante las últimas celebraciones del año.
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“Si bien nadie quiere vivir bajo controles más estrictos, el público debe darse cuenta de que si terminamos con un problema significativo de hospitalizaciones y enfermedades masivas, será peor que si las autoridades hubieran actuado antes”, dijo Bell al programa británico.
Confinamiento. Así lucen los ambientes del aeropuerto de Johannesburgo, en Sudáfrica. Foto: EFE
En Europa, las medidas de prevención ya se han endurecido. Países Bajos, por ejemplo, inició su confinamiento a mediados de diciembre y se extenderá hasta el 14 de enero. El Reino Unido, por otro lado, ha reintroducido restricciones de distanciamiento social, mientras que en Francia se acatará el trabajo remoto obligatorio después de fiestas.
La buena noticia, sostiene Bell, es que “la incidencia de enfermedad grave y muerte por esta enfermedad básicamente no ha cambiado desde que todos nos vacunamos”.
Al respecto, el jefe de la Organización Mundial de Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su preocupación por un ‘tsunami’ de casos de ómicron en paralelo a la variante delta.
“Me preocupa enormemente que ómicron, al ser más transmisible y circular al mismo tiempo que delta, esté provocando un tsunami de casos. Esto está poniendo y seguirá poniendo una inmensa presión sobre los agotados trabajadores sanitarios, y los sistemas de salud están al borde del colapso”, sostuvo en una conferencia de prensa.