El descomunal tamaño del universo no permite que muchos estudios científicos sean concluyentes o, al menos, se desarrollen en un corto o mediano lapso. Una investigación publicada en The Astrophysical Journal propone que la suma de la materia normal y la materia oscura comprende el 31,5% de la densidad del universo, mientras que el 68,5% restante se relaciona a la energía oscura.
En astrofísica, la rama que estudia la dinámica del universo, la energía oscura es un flujo constante que produce la expansión del universo; de esta forma, la fuerza gravitatoria es incapaz de ‘condensar’ la materia. Sin embargo, los conocimientos acerca de sus propiedades son vagos a partir de que el astrónomo estadounidense Edwin Hubble, en 1929, descubriera que los astros se alejaban cada vez más.
Uno de los astrónomos implicados en el estudio, Mohamed H. Abdullah, miembro de la Universidad de California, Riverside y el Instituto Nacional de Investigación de Astronomía y Geofísica en Egipto, considera que, bajo el contexto adecuado, en caso toda la materia se distribuyera correctamente en el espacio, “correspondería a una densidad de masa promedio igual a solo unos seis átomos de hidrógeno por metro cúbico”.
Abdullah agregó que al comprender que el 80% de la materia es materia oscura, la mayor parte de ella no consiste en átomos de hidrógeno, uno de los elementos más presentes en todo el universo, sino en algo que todavía no somos capaces de distinguir con la tecnología actual.
El astrónomo Anatoly Klypin de la Universidad Estatal de Nuevo México, la astrónoma Gillian Wilson de UC Riverside y Mohamed H. Abdullah apostaron por un método para avanzar en sus indagaciones: el movimiento de cúmulos de galaxias unidas gravitacionalmente.
¿Por qué estos cúmulos resultan ser una herramienta útil? Se estima que el universo tiene una antigüedad de más de 13.000 millones de años. Las superestructuras cósmicas se formaron a lo largo de toda esa interminable etapa y su materia comenzó a acumularse desde los inicios del todo.
Aún así, seguirle el rastro a los cúmulos de galaxias es un trabajo titánico porque los telescopios solo pueden captar ciertos detalles que distan de la materia oscura, invisible para nuestros aparatos ‘espías' más sofisticados.
Para los científicos, una alternativa de solución a este problema es el uso de la técnica GalWeight, que determina las órbitas de las galaxias dentro de los cúmulos con un 98% de precisión. Así, gracias a este recurso, podemos calcular mejor la adición de masas.
“Una gran ventaja de usar nuestra técnica de órbita galáctica GalWeight fue que nuestro equipo pudo determinar una masa para cada cúmulo individualmente en lugar de depender de métodos estadísticos más indirectos”, aseguró Klypin en el artículo llamado “Restricciones cosmológicas sobre Ω m y σ 8 de Abundancias clúster mediante el catálogo SDSS GalWCat19 óptico-espectroscópico”.
Los científicos volcaron esta metodología en imágenes de Sloan Digital Sky Survey, cuyos expertos crea nmapas tridimensionales del universo y “espectros para más de tres millones de objetos astronómicos”, conforme a la información de su página web. Esta idea trajo múltiples beneficios en calibrar las mediciones, como lo expresó Gillian Wilson.
La astrónoma afirmó después: “(La técnica) ha obtenido un valor acorde con los obtenidos por equipos que utilizaron técnicas no agrupadas como anisotropías de fondo de microondas cósmicas (...) o lentes gravitacionales”.