El veneno de la abeja europea (Apis mellifera) ha sido fuente de varios estudios para potenciales terapias y tratamientos médicos desde hace algún tiempo. En 1950, la revista Nature publicó uno de los primeros estudios respecto a sus beneficios antitumorales en plantas. No obstante, su acción contra los tumores a nivel molecular aún es incierta.
En este contexto, la ciencia ha dado un gran paso tras la publicación de un nuevo artículo en la misma revista, el último 1 de septiembre. De acuerdo con este informe, un componente del veneno de esta abeja es capaz de eliminar las células del cáncer de mama triple negativo que tiene opciones limitadas de tratamiento clínico.
Se trata de la molécula llamada melitina que compone casi la mitad del veneno de la abeja y su efecto hace que la picadura de este insecto sea tan dolorosa. Con la mira puesta en este elemento, los investigadores se ayudaron de 312 abejas y abejorros de Australia, Irlanda e Inglaterra.
Sometieron las células cancerosas y las células normales cultivadas en laboratorio al veneno de ambas especies. Los resultados demostraron que que el veneno del abejorro que no contiene melitina, pero tiene otros potenciales asesinos de células, tuvo poco efecto de supresión. Por el contrario, el veneno de abeja, independientemente del lugar de procedencia, sí tuvo impactos significativos.
“El veneno era extremadamente potente”, dijo la investigadora médica que lideró la investigación, Ciara Duffy del Instituto de Investigación Médica Harry Perkins.
“Encontramos que tanto el veneno de abeja como la melitina redujeron de manera significativa, selectiva y rápida la viabilidad del cáncer de mama triple negativo y las células de cáncer de mama enriquecidas con HER2”, describió Duffy.
No obstante, aseguró que, cuando bloquearon la melitina con un anticuerpo, las células cancerosas de abeja sobrevivieron tras estar expuestas solo al veneno. Es decir, que la molécula fue responsable del éxito en los ensayos anteriores.
Lo más importante fue que hubo poco impacto sobre las células mamarias sanas y se dirigió específicamente a las que producían gran cantidad de EGFR y HER2 (otra molécula producida en exceso por algunos tipos de cáncer de mama). Además, la melitina pudo destruir por completo las membranas de las células cancerosas en solo 60 minutos y estropeó incluso su capacidad de replicación.
Finalmente, debido a que los tumores que sobreexpresan EGFR y HER2 también incluyen otros tipos de cánceres —como el de pulmón, el gástrico, de colon, entre otros—, los investigadores sugirieron que sus hallazgos podrían servir para base de futuros estudios en estos males.